viernes, 9 de noviembre de 2012

Plaza Mayor de Madrid

Situada en un entorno céntrico y de una gran importancia histórica esta plaza sigue manteniendo hoy en día el bullicio de siglos de vida. Era la antigua plaza del Arrabal, a extramuros de la ciudad, por eso está situada tras las cavas o fosos de la antigua muralla. Durante el s.XV la llamada Plaza del Arrabal era el centro comercial de la villa. Al establecerse en Madrid la capital, la ciudad creció rápidamente y el rey Felipe II consideró oportuno que Madrid tuviese un espacio público amplio y apropiado donde poder celebrarse actos solemnes (como paradas militares, recibimientos de reyes, actos de la monarquía), así como relacionados con la justicia (ejecuciones públicas) o con la diversión (toros, música). Decidió encargar a su arquitecto Juan de Herrera, en 1581, la transformación de esa plaza del Arrabal en una gran plaza mayor para la ciudad. Basándose en los planos de Herrera, Diego Sillero construyó la Casa de la Panadería en 1590 y esta edificación sirvió de modelo para el resto de la plaza.

La Casa de la Panadería era como la tahona de la villa. Edificación abovedada en los bajos, de tres pisos y con torres chapiteles en las esquinas (típico pérfil austria), construída toda ella a base de ladrillo y madera. Los soportales son arcadas de piedra, de arcos clásicos de medio punto levantados sobre pilares con columnas toscanas adosadas. Durante el reinado de Carlos II se recargó la decoración, con los remates de guirnaldas de las ventanas y los diferentes escudos, especialmente tras el incendio de 1672. El impresionante escudo central es de esa época. También en 1670 se decoró el interior con frescos de Claudio Coello y José Jiménez Donoso. Esta edificación ha pasado por diferentes usos. Por ejemplo fué Academia de Bellas Artes de San Fernando entre 1745 y 1774, cuando se creó la Academia aprovechando los artistas y obras del Palacio Real, y se mantuvo en este lugar hasta que la Academia pasó a la actual sede en la calle Alcalá. En el año 1774 Carlos III la usó como Academia de Historia hasta que ésta se trasladó en 1781 a su actual sede. También se usó como Biblioteca y Archivo. Hoy en día tienen ahí su sede una fusión de empresas de Promoción Madrid y el Patronato de Turismo. En el año de 1992 Cesar Franco pintó esos frescos con escenas mitológicas, madriléñas o de su propia invención, para recordar a los madrileños que la Casa de la Panadería también estaba decorada en su exterior por frescos barrocos.

Justo en frente se levantó, también con soportales de arcadas, la llamada Casa de la Carnicería, para abastecer de carne a Madrid. Sufrió varios incendios, quedando muy dañada tras el de 1631. Luís Bellido restauró su interior que ha pasado por diferentes usos como, por ejemplo, hemeroteca o Junta Municipal del distrito Centro. Felipe III encargó a Gómez de Mora la tarea de cuadrar la plaza en 1617. La diseña como un rectángulo proporcionado, terraplenea las diferencias de altura con la cava, como se aprecia en el Arco de Cuchilleros ( Madrid funcionaba con gremios y ahí cerca se situaba ese gremio de los comerciantes y artesanos de cuchillos). Por atrás sitúa una gran fachada de viviendas. Esos siete pisos constituían la altura más elevada de la ciudad de entonces. Pero junto a las Casas de la Panadería y la Carnicería elevó unos soportales arquitrabados de piedra, rectos y, sobre ellos, de manera mucho más sencilla, con muros de ladrillo liso y pequeñas ventanas, el resto de la plaza. El "Auto de Fe" de Francisco Rizzi (1683) que se conserva en el Museo del Prado nos da una idea de como se desarrollaba en la plaza la escenografía para una ejecución pública. Esos montajes del mundo barroco siguen haciéndose hoy en día para conciertos, celebración de la Navidad u otro tipo de actos..
  


Durante el s.XVIII Juan de Villanueva cerró la plaza y le proporcionó la unidad neoclásica actual. Cerró con arcos todas las calles que accedían a la plaza, dándole una continuidad a todas las fachadas a la plaza. Yo misma he podido entrar a viviendas situadas encima de esos arcos y se tiene una curiosa sensación de cercanía vecinal con la plaza, aunque los techos sean pequeños. En otra de las viviendas a la que pude acceder, perteneciente a un embajador, el crujido de las maderas te hace retrotraerte a otra época. Han tenido que hacer reformas profundas para acondicionar estas viviendas del s.XVII plagadas de escaleras y espacios pequeños.
En el centro de la plaza se sitúa la estatua ecuestre de Felipe III a caballo. Preside la plaza porque este rey fué el gran artífice de su diseño. La escultura es del broncista italiano Pietro Tacca (1613) y muestra al rey vestido a la moda de principios del sXVII a caballo, en actitud de paseo, ya que este rey era muy tranquilo y pacífico, nada que ver con la personalidad de su hijo, que también está esculpido  a caballo en la plaza de Oriente, pero con otra actitud correspondiente a la vida pasional y con coflictos y luchas que tuvo(por eso se le representa con el caballo en corbeta, siguiendo el retrato que de él hizo Velázquez). La estatúa de Felipe III la trasladó aquí la reina Isabel II en 1848. La trajo del Reservado de la Casa de Campo, ´lugar para el que fué diseñada esta escultura. Esta reina pensó en una plaza que fuera un jardín romántico y en las estampas de la época así se percibe, con una valla elíptica de hierro que rodeaba la escultura, diversos tramos de arbolado y jardín, así como bancadas y farolas isabelinas por toda la plaza.
Nuestros mayores y ,algunos de nosotros, todavía tenemos en la retina la imagen de la Plaza Mayor que muestra la fotografía, con coches aparcados dentro. Durante los años de 1967-69 se construyó el aparcamiento subterráneo que obligó a subir el pavimento y a hacer el adoquinado actual que, aunque tenga su encanto, tanto molesta al andar.
Entre las dos imágenes de arriba han pasado siglos, pero mantinen el mismo esplendor. Se trata de la Posada del León de Oro, establecimiento situado en el número 12 de la Cava Baja. En esta zona tan comercial y céntrica de Madrid no podían faltar las posadas para alojamiento de la gente que viniera de fuera para hacer negocio. Una de las de más fama en el Madrid de los Austrias es esta del León de Oro. La fotografía de arriba es de 1897. Actualmente la encontramos totalmente remodelada desde hace dos años. Mantiene el título e imponente escudo de piedra de la entrada. En el interior, en torno al patio, se suceden los dos pisos con las habitaciones. Podemos apreciar las vigas de madera, los sillares de granito y los restos de la muralla medieval justo debajo de las mesas, como muestra la fotografía del comedor para los que se alojan en la posada. Justo a la entrada también hay restos de muralla que se pueden admirar a través de los cristales y una pequeña barra y mesas para degustar productos castellanos con una gran carta de vino.
Os animo a terminar la visita descansando en este espacio con encanto.


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