sábado, 24 de noviembre de 2012

NUEVO BAZTAN

Solo la mera visión del palacio e iglesia de Nuevo Baztán, así como de su diseño urbanístico, nos adentran en la importancia histórica que tuvo este lugar en otras épocas. Juan de Goyeneche fué un aristócrata y financiero navarro, que nació en Arizcum (Valle de Baztán) en 1656. Vino a Madrid a formarse en el famoso Colegio de la Compañía de Jesús donde entró en contacto con influyentes intelectuales. Durante el reinado de Carlos II desempeñó importantes tesorerías y desarrolló sus ideas de reformas industriales. En 1697 compra el periódico de La Gaceta de Madrid, con corresponsales en el extranjero que estaban en contacto con las novedades que se producían, sobre todo en el país vecino. Hizo suyas Goyeneche las ideas reformistas en el campo político y económico de Colbert, ministro de Luís XIV

Juan de Goyeneche, escultura en bronce de 2.5ms realizada por Gonzalo de Lossada, por 
encargo de la Asoc. Patrimonio Histórico de Nuevo Baztan (SIEMA Matritensis)

Esta escultura de bronce de nuestro protagonista, situada junto al Centro de Interpretación de Nuevo Baztán, que aconsejo visitar por el estupendo montaje audiovisual de que disponen, nos da pie para seguir conociendo cosas de Goyeneche. Durante la Guerra de Sucesión los aristócratas navarros apoyaron la causa de Felipe V, por eso el Rey mantendría después los privilegios a esta comunidad. Ayudó como prestamista a los reyes y tuvo varios cargos en la administración del Estado. Llegó a ser tesorero de reinas como Isabel de Farnesio( en el centro del cuadro "La Familia de Felipe V", de Van Loo) y, entre otros muchos títulos, era Marqués de Almenara y Marqués de Ugena. Para él José Benito de Churriguera no solo diseñó el Palacio de Nuevo Baztán, sino el de la calle Alcalá nº 13 ( Hoy Academia de Bellas Artes de S. Fernando) y el de la calle del Príncipe. Juan de Goyeneche murió en 1735 en su palacio de Nuevo Baztán y fué enterrado en una cripta de cerámica justo debajo de la cúpula de la Iglesia de San Francisco Javier.

"La familia de Felipe V" , de Van Loo, 1743 (Museo del Prado)

Gracias a su ascenso en la corte desde finales del s.XVII y su ayuda financiera a Felipe V Juan de Goyeneche va adquiriendo derechos señoriales (en la Olmeda de la Cebolla) y de hábitos de órdenes militares, concesiones relaes que le permitieron comprar terrenos en 1705 en las proximidades de Madrid. La nueva población de Nuevo Baztán se situaba en un páramo con algo de bosque y cauces de arroyos (Valmores y río Tajuña), además comunicaba con la capital, Alcalá de Henares y el camino a Valencia. Debido a que el abuelo de Felipe V, Luís XIV, dejó de abastecer a las tropas de éste, Goyeneche pensó en hacer fábricas para uso militar. En 1710 se crea la fábrica de paños en Olmeda con un gran equipo de 800 personas(tejidos, antes y gamuzas para el ejército). En Valmores estaba la de tintes y batanes. En 1713 tiene el poder real para acotar los territorios adquiridos y fundar Nuevo Baztán, donde, en 1715, instala las fábricas de textiles, sombreros y munición. Luego, hacia 1720, dispuso otras de productos de lujo como vidrios finos, medias de seda, pañuelos o papel. La de vidríos sería el germen de la que se instalaría luego en La Granja. Desarrollo un conjunto urbanístico a cordel con la disposición exacta de las calles y las casas, cuyo centro era la plaza ante la Iglesia.  Había explotaciones agrícolas, hospital, mesón, cárcel y seminario. Todo ello enmarcado dentro de las ideas enciclopedistas de la Ilustración, a veces utópicas para llevarlas a la práctica. En 1728 dejó de funcionar la fábrica de cristales. En el resto había problemas de aprovisionamiento de agua y madera que, junto al cese definitivo de exenciones fiscales en 1767, determinó el continuado proceso de decadencia. En 1778 se cerraron definitivamente las de sombreros, papel y aguardientes.

Iglesia de San Francisco Javier (SIEMA Matritensis)

La magnifica Iglesia de San Francisco Javier es de 1723. Fué construída por José Benito Churriguera dentro del estilo barroco que le caracteriza. La foto de arriba es la fachada encuadrada por dos esbeltas torres con movidos chapiteles de pizarra. Las torres tienen una altura en cubos decrecientes y las grandes ventanas rectangulares están rematadas con diferentes molduras de piedra barrocas.

Detalle de la fachada (SIEMA Matritensis)

La portada barroca con remate triangular y sus espectaculares juegos de claroscuro y líneas que se rompen está rematada con la imagen en piedra blanca de S. Francisco Javier, como no podía ser de otra manera viniendo de un navarro.

Hornacina con el santo (SIEMA Matritensis)

Torre campanario a base de cubos decrecientes (SIEMA Matritensis)

Detalle de los remates (SIEMA Matritensis)


Obsérvese la originalidad de la torre campanario y su chapitel. Estos dan a una pequeña plaza lateral que se usaba como plaza del mercado.

Retablo mayor (SIEMA Matritensis)

Para visitar el pueblo y su iglesia recomiendo acercarse un domingo por la mañana, antes o después de la misa de 13h para poder verla abierta. La iglesia consta de una sola nave, amplio crucero rematado con cúpula y presbiterio y coro en alto. Es espectacular el retablo de mármol del altar mayor esculpido por J Benito de Churriguera. Ocupa todo el fondo, siguiendo la escenografía barroca de desplegar unos cortinajes sujetos por ángeles que nos introducen en la escena principal. Mármoles grises, rojos, blancos, dorados. Resaltado por el juego de columnas pareadas de orden compuesto aparece la hornacina con San Francisco Javier y, encima de ella, el gran medallón con la escena del bautizo de indígenas.

Detalle del medallón y parte alta del retablo (SIEMA Matritensis)

Los otros cuatro retablos colaterales son de madera imitando mármol: con las tallas del Cristo del Socorro (márfil filipino de principios s.XVIII), San José, Immaculada, óleo de la Virgen de Guadalupe procedente de México. Las pechinas originales de la cúpula fueron pintadas por Palomino con imágenes de S. Juan Bautista, San Fermín, San Francisco de Asís y San Ignacio; pero las que se contemplan hoy son restauradas y representan a San Francisco Javier, San Ignacio de Loyola, San Isidro y Sta. Teresa de Jesús.

Cúpula con las pechinas restauradas en la actualidad (SIEMA Matritensis)

Detalle de la balconada a los pies de la iglesia y púlpito a la izquierda. 
(SIEMA Matritensis)

Debajo de la misma se pueden contemplar una vitrina de marfíles filipinos del s.XVIII y otra con el cáliz, arqueta e incensarios originarios. Interesantes también la pila bautismal, el aguamanil de mármoles diferentes muy elaborado de la sacristía y la cripta. 


Detalle de las molduras en una de las puertas con la balconada y escudo de palacio encima (este último no se ve en la fotografía). SIEMA Matritensis.

El palacio está a la izquierda de la iglesia y tiene unos remates de balaustrada de piedra y bolas realizados por Churriguera. De dos alturas, con una escalera monumental en su interior por donde se accede a la segunda planta o piso noble. Los espacios son amplios y, durante el sXIX, incluso se situó un teatro en una de sus salas. En este lado se sitúan también las casas de oficios. En la plaza frente a palacio se sitúa la fuente restaurada de los Tritones. Bordeando estas fachadas se puede observar el patio de fiestas  y caballerizas con su entrada de arco, pero ya  edificado con materiales menos vistosos. Nuevo Baztán necesita una importante restauración y están en ello. Pero merece conocerlo, así que dense una vuelta y paren a reponer fuerza en el mesón. Con estas imágenes del patio de fiestas y caballerizas realizadas por SIEMA Matritensis me despido. Ya sabéis que podéis seguirnos en facebook como Siema Matritensis o en Twitter @siemamadencanto.

Maribel Piqueras




viernes, 9 de noviembre de 2012

Plaza Mayor de Madrid

Situada en un entorno céntrico y de una gran importancia histórica esta plaza sigue manteniendo hoy en día el bullicio de siglos de vida. Era la antigua plaza del Arrabal, a extramuros de la ciudad, por eso está situada tras las cavas o fosos de la antigua muralla. Durante el s.XV la llamada Plaza del Arrabal era el centro comercial de la villa. Al establecerse en Madrid la capital, la ciudad creció rápidamente y el rey Felipe II consideró oportuno que Madrid tuviese un espacio público amplio y apropiado donde poder celebrarse actos solemnes (como paradas militares, recibimientos de reyes, actos de la monarquía), así como relacionados con la justicia (ejecuciones públicas) o con la diversión (toros, música). Decidió encargar a su arquitecto Juan de Herrera, en 1581, la transformación de esa plaza del Arrabal en una gran plaza mayor para la ciudad. Basándose en los planos de Herrera, Diego Sillero construyó la Casa de la Panadería en 1590 y esta edificación sirvió de modelo para el resto de la plaza.

La Casa de la Panadería era como la tahona de la villa. Edificación abovedada en los bajos, de tres pisos y con torres chapiteles en las esquinas (típico pérfil austria), construída toda ella a base de ladrillo y madera. Los soportales son arcadas de piedra, de arcos clásicos de medio punto levantados sobre pilares con columnas toscanas adosadas. Durante el reinado de Carlos II se recargó la decoración, con los remates de guirnaldas de las ventanas y los diferentes escudos, especialmente tras el incendio de 1672. El impresionante escudo central es de esa época. También en 1670 se decoró el interior con frescos de Claudio Coello y José Jiménez Donoso. Esta edificación ha pasado por diferentes usos. Por ejemplo fué Academia de Bellas Artes de San Fernando entre 1745 y 1774, cuando se creó la Academia aprovechando los artistas y obras del Palacio Real, y se mantuvo en este lugar hasta que la Academia pasó a la actual sede en la calle Alcalá. En el año 1774 Carlos III la usó como Academia de Historia hasta que ésta se trasladó en 1781 a su actual sede. También se usó como Biblioteca y Archivo. Hoy en día tienen ahí su sede una fusión de empresas de Promoción Madrid y el Patronato de Turismo. En el año de 1992 Cesar Franco pintó esos frescos con escenas mitológicas, madriléñas o de su propia invención, para recordar a los madrileños que la Casa de la Panadería también estaba decorada en su exterior por frescos barrocos.

Justo en frente se levantó, también con soportales de arcadas, la llamada Casa de la Carnicería, para abastecer de carne a Madrid. Sufrió varios incendios, quedando muy dañada tras el de 1631. Luís Bellido restauró su interior que ha pasado por diferentes usos como, por ejemplo, hemeroteca o Junta Municipal del distrito Centro. Felipe III encargó a Gómez de Mora la tarea de cuadrar la plaza en 1617. La diseña como un rectángulo proporcionado, terraplenea las diferencias de altura con la cava, como se aprecia en el Arco de Cuchilleros ( Madrid funcionaba con gremios y ahí cerca se situaba ese gremio de los comerciantes y artesanos de cuchillos). Por atrás sitúa una gran fachada de viviendas. Esos siete pisos constituían la altura más elevada de la ciudad de entonces. Pero junto a las Casas de la Panadería y la Carnicería elevó unos soportales arquitrabados de piedra, rectos y, sobre ellos, de manera mucho más sencilla, con muros de ladrillo liso y pequeñas ventanas, el resto de la plaza. El "Auto de Fe" de Francisco Rizzi (1683) que se conserva en el Museo del Prado nos da una idea de como se desarrollaba en la plaza la escenografía para una ejecución pública. Esos montajes del mundo barroco siguen haciéndose hoy en día para conciertos, celebración de la Navidad u otro tipo de actos..
  


Durante el s.XVIII Juan de Villanueva cerró la plaza y le proporcionó la unidad neoclásica actual. Cerró con arcos todas las calles que accedían a la plaza, dándole una continuidad a todas las fachadas a la plaza. Yo misma he podido entrar a viviendas situadas encima de esos arcos y se tiene una curiosa sensación de cercanía vecinal con la plaza, aunque los techos sean pequeños. En otra de las viviendas a la que pude acceder, perteneciente a un embajador, el crujido de las maderas te hace retrotraerte a otra época. Han tenido que hacer reformas profundas para acondicionar estas viviendas del s.XVII plagadas de escaleras y espacios pequeños.
En el centro de la plaza se sitúa la estatua ecuestre de Felipe III a caballo. Preside la plaza porque este rey fué el gran artífice de su diseño. La escultura es del broncista italiano Pietro Tacca (1613) y muestra al rey vestido a la moda de principios del sXVII a caballo, en actitud de paseo, ya que este rey era muy tranquilo y pacífico, nada que ver con la personalidad de su hijo, que también está esculpido  a caballo en la plaza de Oriente, pero con otra actitud correspondiente a la vida pasional y con coflictos y luchas que tuvo(por eso se le representa con el caballo en corbeta, siguiendo el retrato que de él hizo Velázquez). La estatúa de Felipe III la trasladó aquí la reina Isabel II en 1848. La trajo del Reservado de la Casa de Campo, ´lugar para el que fué diseñada esta escultura. Esta reina pensó en una plaza que fuera un jardín romántico y en las estampas de la época así se percibe, con una valla elíptica de hierro que rodeaba la escultura, diversos tramos de arbolado y jardín, así como bancadas y farolas isabelinas por toda la plaza.
Nuestros mayores y ,algunos de nosotros, todavía tenemos en la retina la imagen de la Plaza Mayor que muestra la fotografía, con coches aparcados dentro. Durante los años de 1967-69 se construyó el aparcamiento subterráneo que obligó a subir el pavimento y a hacer el adoquinado actual que, aunque tenga su encanto, tanto molesta al andar.
Entre las dos imágenes de arriba han pasado siglos, pero mantinen el mismo esplendor. Se trata de la Posada del León de Oro, establecimiento situado en el número 12 de la Cava Baja. En esta zona tan comercial y céntrica de Madrid no podían faltar las posadas para alojamiento de la gente que viniera de fuera para hacer negocio. Una de las de más fama en el Madrid de los Austrias es esta del León de Oro. La fotografía de arriba es de 1897. Actualmente la encontramos totalmente remodelada desde hace dos años. Mantiene el título e imponente escudo de piedra de la entrada. En el interior, en torno al patio, se suceden los dos pisos con las habitaciones. Podemos apreciar las vigas de madera, los sillares de granito y los restos de la muralla medieval justo debajo de las mesas, como muestra la fotografía del comedor para los que se alojan en la posada. Justo a la entrada también hay restos de muralla que se pueden admirar a través de los cristales y una pequeña barra y mesas para degustar productos castellanos con una gran carta de vino.
Os animo a terminar la visita descansando en este espacio con encanto.


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