martes, 18 de junio de 2013

El Palacio del Infante D. Luís en Boadilla del Monte

Este Palacio del Infante D. Luís de Borbón, situado en la localidad madrileña de Boadilla del Monte es mucho más que un mero monumento. Representa todo un conjunto arquitectónico de un verdadero príncipe ilustrado. Pero ¿ quién es este personaje? ¿por qué resulta tan desconocida para los madrileños su historia y la de los dos monumentos que hay en Madrid que hacen referencia a su persona?. No nos daría esta entrada  del blog para explicarlo. Habrá que esperarse a la publicación de un libro que ya está en marcha. Hoy solo nos detendremos en el Palacio, sin olvidar que Boadilla tiene otros monumentos importantes anteriores a la construcción de esta residencia palaciega y que también veremos más adelante. 
"Infante D. Luis de Borbón"( 1775, Mengs)
Es un retrato previo a su matrimonio y que, seguramente,
colgaría de las paredes de su palacio en Boadilla.

El Infante es hijo de Felipe V y su segunda mujer, Isabel de Farnesio. Había nacido en el Palacio del Buen Retiro el 25 de julio de 1727. Vivió siempre muy unido a su madre y, también pasó algo de su tiempo en el castillo de Villaviciosa de Odón mientras duraba la locura de los últimos momentos de Fernando VI, hermanastro con el que se llevaba muy bien. Luego residiría junto a su hermano mayor, ya rey Carlos III, en el Palacio Real de Madrid antes de trasladarse a la residencia de Boadilla. Por injerencia de su madre, al ser el varón menor y no tener territorios que heredar, le fue concedido el cargo de cardenal-arzobispo de Toledo en 1739, y más tarde, al fallecer el cardenal de Sevilla, también éste último en 1742. Aunque él mismo renunció, por convicciones morales y coherencia de vida, a sus títulos eclesiásticos en 1754.
" El Infante-cardenal D. Luis Antonio de Borbón" (1742, Antonio González Ruíz)
Meadows Museum. Dallas ( Texas. EEUU)

D. Luís de Borbón no contaba pues con estados propios, pero si con un gran patrimonio, no solo por ser hijo de reyes, sino porque administraba rentas importantes, sobre todo de encomiendas militares. Así pudo adquirir, en 1761, nuevos señoríos, como el de Boadilla que se lo compró a la Marquesa de Mirabel y el extenso de Chinchón, a su hermano Felipe de Parma. El nuevo palacio se levantó sobre un antiguo palacete llamado " de las dos torres", que Ventura quiso recordar haciendo también dos torres. El arquitecto es Ventura Rodríguez y las obras duraron desde 1763-1765, como bien dice una placa situada sobre un frontón semicircular de la puerta principal que expresa la fecha de terminación de los trabajos "A.D. MDCCLXV". Tanto en el diseño de los espacios interiores y cubiertas, como en el jardín, percibimos la mano de este gran arquitecto formado por Giovanni Battista Sachetti en las obras del Palacio Real de Madrid. Es un espectacular dibujante y conocía a la perfección la arquitectura barroca romana sin haber pisado jamás suelo italiano. Desarrolla aquí una arquitectura propia de un príncipe ilustrado como era su amigo, el infante D. Luís. Integra a la perfección el edificio con la naturaleza que lo rodea. Al infante le encantaba la caza, afición que solía realizar junto a su hermano Carlos III. También coleccionaba todo tipo de animales disecados y vivos( llegó a tener incluso un pequeño zoo en los jardines de palacio); recuérdese por ejemplo la acuarela de la cebra del Infante pintada por Paret. Ese afán científico le llevó a albergar en el Palacio de Boadilla un extenso gabinete con objetos como microscopios, telescopios, cámaras oscuras, así como minerales y demás elementos curiosos de la naturaleza. Tenía también unos jardines llenos de plantas medicinales, aromáticas, florales, frutales, huerto y vides. Con prensa y molino incluídos. La cámara del Infante está situada en la torre de la derecha, con las mejores vistas al jardín y a Boadilla y, justo debajo, se encuentra la capilla y en el sótano la bodega.
"Baile de Máscaras" (1767. Paret. Museo del Prado)

" El hombre del tricornio" (1758. Francesco Sasso. Louvre)

El Infante disfrutaba de su soltería en este palacio. Organizaba numerosas fiestas. D. Luis de Borbón coleccionaba y fabricaba él mismo instrumentos musicales. Tocaba el piano y el violín. Además, disponía de una orquesta de cámara que organizaba numerosos conciertos. Aquí trabajaba para él el violinista boloñés Francesco Landini y también el virtuoso del violonchelo, Luigi Boccherini. Este último compuso en Boadilla, entre 1771 y 1772, su famoso minueto. Muy propio del afán enciclopédico del s.XVIII era el coleccionismo. Ya hemos mencionado el de carácter científico, pero mucho más importante era el artístico. Por las estancias, hoy vacías, del palacio, colgaron numerosos cuadros de pintura flamenca, italiana, francesa, española (bodegones de Meléndez, cuadros de Paret como el de la foto, Ribera o Zurbarán).  Cuadros cuya temática estaba muy relacionada con la naturaleza( escenas de caza, paisajes, bodegones) o pintura religiosa, de historia, o galantea. El genovés Francesco Sasso era su profesor de pintura y el conservador de las obras de arte del infante. Muchos de ellos heredados de las colecciones de su madre, tras su muerte en 1766. Tenía una gran sensibilidad y era un hombre adelantado a su época en cuanto a apreciar el talento innovador de algunos artistas, como Paret o Goya, esos genios del s.XVIII que fueron descubiertos por D. Luis. Además de las pinturas, tenía esculturas, planos, grabados, jarrones, libros, monedas. El mobiliario también era de lujo e incluso algunas de las sillas, mesas y consolas fueron diseñadas por el propio Ventura.

Palacio y perspectiva en ángulo de la plaza 
semicircular con la fuente de Ventura

La planta del edificio es rectangular y se organiza por medio de tres cuerpos, con recorridos interiores horizontales que siguen el eje de las dos fachadas, la principal y la del jardín. Estamos ante un Ventura de gran fama por esos años, que se muestra cómodo con un aire neoclásico en la fachada, pero no en el interior. El palacio presenta una fachada alargada en horizontal, geométrica, de líneas muy sobrias. Sin apenas decoración, salvo las dos columnas toscanas exentas de la puerta principal y las molduras de piedra de los balcones de la planta noble. Consigue que no haya monotonía separando los cuerpos con esas bandas verticales de estuco y esos zócalos de falsos sillares. . Los antepechos con adornos de bolas ocultan elegantemente el tejado. También encontramos dos cuerpos de una sola planta que alargan la fachada del palacio por los dos lados, sus cubiertas sirven como terraza para los dormitorios y, de ellos parten los muros de cerramiento del conjunto arquitectónico. Sobre el antepecho que da justo en la entrada principal Ventura colocó originariamente un escudo Borbón. Ese escudo de piedra y las dos torres proporcionan la nota de verticalidad. Frente a la fachada una plaza semicircular de aire barroco italiano, lo mismo que la gran fuente de piedra con mascarones. Es perfecta la perspectiva creada.

PLANTA BAJA
En ella un gran vestíbulo conduce, por la derecha hasta la capilla. A la izquierda, la escalera de honor sencilla que lleva a las habitaciones del piso noble. Justo en la esquina izquierda, y mucho más pequeña, la escalera que conduce a los salones, cocina y estancias de la planta semisótano. Esta planta apenas se aprecia desde la fachada, pero si desde el jardín, ya que desde esta parte se accedería a los jardines. Como la Capilla es la joya del palacio y la que mejor se conserva, nos vamos a detener más en ella. Es de planta rectangular y en el crucero están los cuatro arcos que sostienen la cúpula, adonde le llega toda la luz de la torre de la derecha. La cúpula está decorada con lineas muy movidas y casetones con flores. Predomina la decoración barroca: arcos, cornisas, pechinas y bóvedas se decoran con profusión de guirnaldas, ángeles, uvas y flores. Destacan en el ábside los órdenes gigantes de columnas corintias acanaladas y, las columnas jónicas en las puertas. El retablo es todo de mármoles de colores vivos. Sabemos que con los Rúspoli colgaba un lienzo de la Immaculada, pero no sabemos qué pintura colgaría en tiempos del Infante D. Luis. 




"Sepulcro de la Condesa de Chinchón"

De frente al altar está la Tribuna del Infante, de madera y bronce dorado, desde donde D. Luis asistía a Misa nada más salir de su cámara. Esta capilla es un panteón familiar, incluso el propio D. Luís de Borbón dejó escrito en 1782, tres años antes de morir, que quería ser enterrado en la capilla de su palacio de Boadilla. Pero Carlos III no lo permitió y su cuerpo quedó en Arenas de San Pedro hasta que fué trasladado por Carlos IV al panteón de Infantes del Escorial. Sí están aquí las tumbas de sus dos hijas, la Condesa de Chinchón y la Duquesa de San Fernando. Mª Teresa Borbón y Vallabriga está enterrada justo a la derecha del altar. El sepulcro lo realizó en 1828 el escultor preferido de Fernando VII, Salvatierra. Presenta una composición piramidal entre las dos columnas jónicas. Todo él de mármol de diferentes tonalidades. Encima del sepulcro de mármol rojo una escultura de mármol blanco representa el busto de pérfil de la Condesa de Chinchón, sobre una columna. Un joven la rodea con su brazo y hay una antorcha caída. No se hace mención a su desgraciada vida ni al martirio que resultó su matrimonio con Godoy. Esta condesa, con solo 5 años, tras la muerte de su padre, ingresó junto a su hermana en el convento de San Clemente de Toledo, para salir jovencísima a casarse con Godoy por orden de la reina MªLuisa, quien quería emparentar a Godoy con alguien de sangre Borbón. Godoy no la respetó ni amó nunca. Su amante, Pepita Tudó, vivía en la misma casa y cenaban juntos. Hecho que presenció el mismo Jovellanos y quedaría escandalizado. Aprovechando la guerra de la Independencia, la Condesa de Chinchón   se separó de Godoy, marcharía a Toledo junto a su hermano y, luego, a Andalucía. Al morir su hermano Luis en 1823 y triunfar el absolutismo fernandino, marcha a París junto a su hermana MªLuisa, donde fallecería en 1828. Su epitafío dice lo siguiente " D.O.M.S. A María Teresa de Borbón, Condesa de Chinchón, hija de Luis Infante de las Españas, a los 48 años murió en París a 8 días de las calendas de diciembre de 1828. Carolina Luisa, esposa del príncipe Camilo Rúspoli, llena de tristeza lo puso para su piadosísima madre. ¡ Te saludo alma santa!".


En cuanto al monumento funerario de los Duques de San Fernando representan a la otra hermana, MªLuisa, completamente enamorada y féliz con su marido. Lo esculpió Antonio Sola. Por un lado recuerda a los sepulcros romanos y etruscos con esa decoración geométrica abajo y la difunta recostada vestida con vestimenta clásica. Por otro lado tiene ese aire romántico en el gesto de mirada enamorada a su marido y abrazo al busto donde está este representado. Contando un poco de la historia de esta hermana hay que recordar que solo tenía 2 años cuando falleció su padre y  tuvo que acompañar a su hermana a Toledo. Siempre estuvieron muy unidos los tres hermanos. Durante la guerra de la Independencia se refugió en Palma de Mallorca junto a su madre y regresaría a Zaragoza en 1814. Al poco tiempo, en 1817,  se casó con Joaquín Melgarejo y Ávalos, hijo del que fuera mayordomo mayor del Infante. Por los servicios prestados a Fernando VII éste le concedió el título de Duque de San Fernando. Pero como por esta familia corría sangre muy liberal, también se exiliaron a París en 1824. Allí fallecería primero su marido, en 1835, y luego ella, en 1846. Su tumba no está a los lados del altar, como su hermana, sino dentro de la sacristía. En él está escrita la siguiente inscripción" A Joaquín Melgarejo y Ávalos, Duque de San Fernando de Quiroga, miembro de primer orden de los grandes de España, honrado con el vellocino de oro y con los ornamentos de los caballeros de la orden de Calatrava. Poseedor de la gran cruz de caballero de la orden de Carlos III. Consejero del Reino y Ministro del Rey Fernando VII y General de la Guardia Real. Fue varón de altísima dignidad, gran ejemplo de piedad y de religión de los pobres, creyente fervientísimo, cautivó a todos con su alegría y su amor al estudio. Vivió 55 años. Murió a los cinco días de los idus de abril del año de 1835/  
Mª Luisa de Borbón, hija de Luís, Infante de las Españas, su esposa afligida por la defunción de su dulce y amado esposo, en su memoria mandó hacer este monumento para guardar sus cenizas y que del mismo modo se una a las almas de aquellos que yacen en la tierra".

"MªLuisa de Borbón, Duquesa de San Fernando" 
aquí retratada por Goya en 1800, año en que recuperan 
el apellido Borbón. (Florenzia. Uffizzi)

Escalera de honor llegando a la planta noble. Se aprecian las molduras pintadas de las puertas, que son las originales.
Arranque de ese tamo de la escalera.
PLANTA NOBLE O PRIMERA
Cuando salimos de esa escalera lo primero que encontramos es un gran vestíbulo que conduce al salón de guardias, con un balcón justo encima de la puerta principal de la fachada. Luego se sitúan tres salones con vistas a los jardines, salones de uso más íntimo. A ambos extremos los dormitorios: el del Infante y el de la Condesa de Chinchón, con pinturas y columnas ya del s.XIX este último.

PLANTA ALTA
Aquí irían las pequeñas habitaciones de servicio, pero hoy en día hay un espacio libre ya que tiraron los tabiques para hacer los dormitorios que había cuando era residencia de señoritas en la época de Franco.

PLANTA SEMISÓTANO
Aquí la organización del espacio es mucho más interesante. Sería una planta baja si la miramos desde el jardín interior. En la torre de la derecha, donde se sitúa la cámara del Infante, está la bodega. 


Destaca en esta planta la gran cocina con techo alto abovedado que ocupa por su altura parte de la planta baja. Presenta una inmensa campana, horno y encimera de piedra, como se aprecia en las fotos siguientes.

Esta cocina está al lado de una escalera de servicio muy curiosa que sube a la torre izquierda. Presenta un original abovedamiento y va decreciendo en altura

La cocina estaría situada en la esquina, pero en la parte central de esta planta semisótano hay un gran salón utilizado para recepciones, bailes o conciertos y tiene salida directa al jardín. ¡ Con una luz natural increible!

JARDINES 

El jardín presenta una gran extensión cuadrada y una sucesión de tres terrazas con escalinatas de piedra, muro de contención de ladrillo y nichos para colocar esculturas. En la primera terraza, la parte central más pegada al palacio, tenía un diseño geométrico de boj a la italiana con árboles ( lilos, cipreses, acacias, árbol del amor, moreras) y flores como pensamientos, rosales, etc..En su centro se situaba la famosa fuente de las Conchas que diseñó Ventura Rodríguez  en concreto para este jardín del Infante. Rodeaban a este tramo del jardín una preciosa balaustrada de piedra. Por los lados se sitúan simétricamente dos portones de acceso hoy muy deteriorados: tienen planta cuadrada y están abovedados. Ambos presentan una cubierta de frontón con líneas de granito al exterior. Ambos son uno de los elementos que más pronto van a arreglar con la reforma.
Arriba la gran escalinata clásica de bajada a la segunda terraza. De nuevo el clasicismo también en este pórtico de columnas toscanas por donde, desde el salón de recepciones, se accede al jardín.

En el segundo jardín habría plantado, además de más boj, almendros, higueras y otros árboles frutales. En tercer jardín es el más extenso. En él estarían los espacios situados bajo la terraza anterior, que son galerías abovedadas y se aprovechaban como almacenes, molino, presa, establos; desde aquí salen algún pasadizo subterráneo. Estos jardines son un verdadero milagro que quede algo, después de las guerras e incendios. Los Rúspoli se trajeron de Italia a la familia de jardineros italianos Seisi para que los cuidaran. Todavía hoy en día sus descendientes viven en Boadilla. A través de la sucesión de fotos siguientes se aprecian los muros exteriores de los jardines si bajamos por el lado de la iglesia de San Cristobal, los portones pequeños de la parte de abajo y la gran extensión de los mismos. También en la primera se ve las galerías abovedadas al fondo.




Junto a este pequeño portón de cerramiento de la parte de abajo encontramos el Puente de Ventura Rodríguez, realizado para salvar un pequeño arroyo junto a los cazaderos del palacio. Es muy sencillo, de un solo arco hecho con ladrillo en espiga y con pretil de granito. Estaba decorado con grandes piñas de piedra, de las cuales nos quedan muy pocas. Hoy por encima de él pasa la carretera. Existe otro puente del s.XVIII , que salvaba un arroyo y desnivel mayor a la hora de ir a cazar por el monte y este se encuentra antes de llegar al club Las Encinas de Boadilla viendo desde Pozuelo. Es muy coqueto y elegante, todo él de piedra labrada, pero no está comprobada la autoría de Ventura.



Nada mejor que terminar el recorrido tomando algo en la terraza del restaurante La Lonja, situada a los pies del Palacio del Infante, tanto de día como de noche, con unas vistas insuperables al edificio, acompañados por bebida o raciones de calidad. ¡ Hasta pronto Boadilla! ¡ Hasta pronto queridos lectores!

Maribel Piqueras