jueves, 24 de julio de 2014

Casa de las 7 chimeneas en la Plaza del Rey de Madrid

Esta Casa de las 7 chimeneas es una de las más enigmáticas construcciones de Madrid y ha dado lugar a numerosas leyendas. Encontramos muchos aspectos curiosos alrededor de la misma, como el no tener escudo de propietario (puede que éste desapareciera con las sucesivas reformas) o el estar situada tan lejos del centro de la villa en la época de su edificación. También llama la atención el número exagerado de chimeneas para el tamaño de la casa y la especie de maleficio que se cierne sobre todos sus habitantes. Las primeras noticias sobre esta casa tienen relación con un montero de Carlos V que, parece ser, la mandó construir para una hija suya, Elena, que algunos dicen fué amante de Felipe de joven. Felipe II organizó su boda con un capitán del ejército, llamado Zapata, que moriría pronto durante las campañas de Flandes. La joven viuda quedaría muy sola y desconsolada, dejando de comer y descuidando su aspecto. Elena falleció, aunque su cuerpo nunca salió de la casa para ser enterrado, ni se celebraron funerales por ella. Los sirvientes comenzaron a correr el rumor de que había sido asesinada, la justicia decidió interrogar al padre, que se declaró inocente (aunque al poco tiempo se ahorcó en una viga de la casa). Ahí empiezan las historias trágicas protagonizadas por sus inquilinos, aunque haya mucho de leyenda y poco de historia verdaderamente documentada. Con el correr de los años, algunos campesinos que regresaban a sus casas al anochecer, pues recordemos que esta casa estaba situada muy en las afueras del Madrid de entonces, dijeron haber visto una figura espectral femenina de cabellos largos, ataviada con un vestido blanco de seda y una antorcha. Se la distinguía golpeándose el pecho y dirigiendo su mano hacia donde estaba ubicado el Alcázar de los Austrias. Esta especie de fantasma fue visto por numerosos testigos.
"Dibujo de la Casa de las 7 chimeneas con la reforma del sXVIII" (de Masquemagia)

Sobre esa primera casa el arquitecto Antonio Sillero realizó una construcción entre 1574-77 para Juan Ledesma, que era secretario de Antonio Pérez. Sillero estaba familiarizado con el estilo de Juan de Herrera que tanto gustaba a Felipe II y realizó importantes obras en Madrid como, por ejemplo, la Casa de la Panadería . La casa tenía una estructura rectangular y tres alturas con sótanos. El zócalo era de granito y los muros de ladrillo y mampostería. Para los muros utilizó restos de silex extraídos de la muralla medieval. Las ventanas del primer piso eran más pequeñas y tenían alrededor decoración realizada con el mismo ladrillo. Las del segundo piso, llevaban rejas y decoración también de ladrillo, pero más elaborada. El último piso lo constituían balconcillos en volandas decorados con bonita reja de hierro y decoración geométrica de ladrillo en los bordes. Estaba cubierta por teja. Toda esta estructura y exterior se ha mantenido hasta hoy.
"Vista de la Casa de las 7 chimeneas" (SIEMA)
"Detalle con reutilización de materiales de la antigua muralla" (SIEMA)

La casa la adquirió en 1583 el comerciante genovés Baltasar Cataneo que encargaría la construcción de las 7 chimeneas que la han hecho famosa. En 1590 vuelve a pasar a otros propietarios, como Baltasar de Rivera, luego a la familia de los Colmenares y los condes de Polentinos, a quienes perteneció la casa hasta el s.XIX. Durante los s XVI, XVII y XVIII la villa de Madrid la usó como residencia oficial o para embajadores. En el s.XVII está documentado que se alojaron ahí tanto el Duque de Buckinnghan como el príncipe Carlos, futuro Carlos I de GB. Estos ilustres invitados habían llegado a la corte de Madrid para cerrar un trato de matrimonio de la hermana de Felipe IV, María, con el príncipe Carlos y que al final no llegó a realizarse. Incluso Velázquez pintó un retrato al príncipe Carlos en esa ocasión. El escritor Pérez Reverte en su novela "Capitán Alatriste" se hace eco de este hecho histórico. Carlos I de GB, siguiendo con el maleficio de la casa, terminó sus días ejecutado en GB por revolucionarios. De su muerte se aprovecharía, entre otros, el rey Felipe IV, adquiriendo grandes obras de arte en las subasta pública de las colecciones del rey inglés.
"Sir George Villiers (Duque de Buckinnghan)  como Venus y Adonis" (Van Dyck)
"Carlos I de GB" (Van Dyck, 1636-40)

Durante el s.XVIII se amplió la casa con esa forma de L que ahora divisamos desde el exterior. Se cerro con muros y se hizo una entrada monumental lateral en estilo clásico.En esa centuria habita la casa el Marqués de Esquilache, ministro del rey Carlos III. En 1766 este político emprendió una serie de reformas para mejorar la vida en la capital del reino, como alumbrado, obras de saneamiento o conducción de aguas. Pero los madrileños no le reconocerán nunca esos méritos, sino que pasó a la historia por la revuelta popular que se organizó cuando quiso recortar los sombreros de ala ancha y las capas buscando una mayor seguridad en las calles y evitar que hombres embozados cometieran delitos ocultando su identidad y también armas entre tanto ropaje. Se tomó como una medida extranjera contra la tradición madrileña y hubo hordas de ciudadanos que entraron en la casa de las 7 chimeneas y la saquearon, obligando a dimitir al ministro con lo que se conoce como el Motín de Esquilache.
"Retrato del Marqués de Esquilache" (Giuseppe Bonito, sXVIII)
En el s XIX el Banco de Castilla compró la casa y la reformó por completo. Sigue sin tener propietario particular desde Elena, sino siempre vinculada al Estado, la Banca o algún organismo oficial. Durante las obras llevadas a cabo por el Banco se levantó el suelo del sótano para instalación de tuberías. ¡ Cuál sería la sorpresa de los obreros al encontrarse un esqueleto de mujer joven junto a monedas de oro del sXVI ! (suponemos que pertenecía a esa infeliz Elena, la cual nunca llegó a salir de la casa). También fué la sede del Banco de Urquijo en los años 80 y algunos todavía tenemos presentes el vil asesinato de los Marqueses de Urquijo, que permanece aún hoy sin resolver y rodeado de misterio, y  que no hace más que afirmar el destino trágico de los inquilinos o propietarios de dicha vivienda. Actualemente es la bonita sede del Ministerio de Cultura
"Fachada de la Casa de las 7 chimeneas y torre lateral de la ampliación con entrada principal"(SIEMA)
"Vista desde el otro lado de la torre"(SIEMA)

Al lado del cuerpo rectangular inicial con las 7 chimeneas y la gran cornisa de ladrillo, donde destaca la sobriedad Austria, hoy en día vemos colocadas unas columnas clásicas a modo de ornamentación. Destaca el gran torreón de la ampliación, con su galería clásica en la ladrillo en la parte superior, la balconada con decoración renacentista en piedra y el gran arco de entrada, de corte clásico, de medio punto con sillares almohadillados.
"Cartela de la Plaza del Rey en una esquina de la misma" (SIEMA)
La Casa de las 7 chimeneas domina la bonita y reformada Plaza del Rey. Con ese nombre se conoce a esta Plaza, pero  no antes de 1800, que se llamaba "Plaza del Almirante". En 1808 quisieron rendir honores al nuevo rey, Fernando VII y cambiaron al odiado almirante Godoy por el futuro rey. Es a partir de entonces cuando se la conoce con ese nombre. Por tanto, el azulejo con el rostro de Felipe II no sería el adecuado históricamente, ya que el nombre viene por Fernando VII. Las fachadas de los edificios que dan a la misma han sido remodeladas. Mantienen los zócalos de granito, pero el ladrillo de los muros se ha recubierto de estuco y pintado, lo mismo que las molduras de estuco de ventanales y balcones, lo que le proporciona mucha elegancia. Es una plaza pequeña, pero llena de encanto. Situada a un paso de las bulliciosas calles Barquillo y Alcalá. En el centro presenta una moderna fuente y, en uno de sus lados, la escultura en bronce sobre pedestal, del Teniente Ruíz. Héroe de la libertad, muerto en el asalto al cuartel de Monteleón (Plaza actual del 2 de Mayo) durante la guerra de la Independencia.

"Centro de la Plaza del Rey con la fuente" (SIEMA)
"Escultura del Teniente Ruíz" (SIEMA)
Recomiendo hacer un alto en el camino en el Sifón, situado en la esquina de la plaza. Una bodega con encanto, cuyo interior recuerda a las tiendas de ultramarinos de los años 60. Además de cervezas caseras y estupendos vinos, nos proporcionan bebidas con ese toque del característico sifón de toda la vida. Se puede comer y tapear a buen precio. Tiene estupendas conservas, tablas de quesos madrileños, minikebas y productos gourmets. Nosotros ya hemos tenido nuestro momento de descanso con las visitas de SIEMA ahí. Si quieres tener más información sobre esos programas con posibilidad de inscripción individual echa un ojo a nuestra web www.siema.es después del verano. También puedes seguirnos en facebook como Proyecto Siema. Ahora me despido con unas imágenes de El Sifón.

Maribel Piqueras


lunes, 7 de julio de 2014

Curiosidades de la calle 7 de Julio de Madrid

El otro día descubrí la calle del 7 de Julio en la capital. Fue por casualidad y, en realidad, corresponde más a un callejón de entrada a la Plaza Mayor que a una calle. Cuando uno pasa por este punto lo primero que le viene a la mente son los Sanfermines o, en mi caso, la ilusión que una calle de Madrid lleve la fecha de mi cumpleaños, el 7 de Julio. Como no me pegaba que la calle se llamase así por ninguna de esas dos razones investigué un poco y pregunté al Sr Luís Miguel Aparisi, del Instituto de Estudios Madrileños, que además es una de las personas que más sabe sobre la toponimia de Madrid y la historia de su patrimonio. A lo largo de esta entrada tü también descubrirás la bonita historia de libertad que da nombre a la calle.Te encuentras con ella paseando por la calle Mayor, justo en frente se sitúa el chaflán que divide la calle San Felipe Neri y Bordadores. Desde este punto se ve una preciosa vista lateral de la fachada original de San Ginés.

Foto SIEMA 

Los importantes acontecimientos que sucedieron en Madrid en esa fecha de 1822 están enmarcados en los cambios y tensiones generadas por el llamado "Trienio Liberal". De todos es sabido que la figura de Fernando VII muy pronto dejaría de ser "el Deseado", como se le conocía popularmente al principio de su reinado. Este rey, nada más ocupar el trono español después de la Guerra de Independencia, se dedicó a derogar la Constitución de las Cortes de Cádiz, organizó una represión contra los liberales, un gobierno lleno de camarillas y luchas por el poder, incoherencias, diversas crisis económicas, de identidad y de prestigio internacional. Dentro del férreo absolutismo hubo un pronunciamiento en 1820, el de Riego (que estaba al mando de las tropas encargadas de luchar contra la sublevación americana). Consiguió que el Rey volviera a jurar respeto a la Constitución de 1812 y comenzar un período liberal que duraría solo tres años.

"Fernando VII con manto real" (Goya, 1815)

"Jura de la constitución por Fernando VII en 1820"(Autor anónimo)

Fernando VII siempre fue rey muy poco leal y muy poco de fiar, pensando sólo en sus propios intereses y no en el bien común de los españoles. La imagen superior refleja el momento en que el Rey jura la Constitución de Cádiz ante las Cortes del Trienio reunidas en el colegio de Santa María de Aragón en 1820. Unos años más tarde, el 30 de junio de 1822, el Rey cerraba la legislatura de las cortes ordinarias. Ese mismo día se produjeron algunos disturbios delante de Palacio Real: se insultaba a la guardia real, incluso se lanzaron contra ellos algunas piedras. Estos hechos provocaron que muchos guardias salieran de la formación y la emprendieran a cuchilladas y bayonetazos contra los agresores. Pero la cosa no quedó ahí. La noche del 1 al 2 de Julio de 1822 cuatro batallones de la guardia real abandonaron los cuarteles "sin orden para ello, en el mayor silencio y por diferentes puntos de la capital, salieron cuatro batallones de la guardia real" (actas secretas de la Diputación Permanente, 2 de Julio de 1822). La propia Diputación tomó medidas para pacificar la situación. Todos los indicios apuntaban a palacio como el origen de la revuelta, pero tuvieron mucho cuidado de dejar al rey al márgen de todo. Fernando VII no hacía más que dar largas.para no resolver rápidamente la situación. Pero la Diputación estableció una serie de medidas en caso de que el rey no actuase. El 7 de julio estaba profundamente preocupada por el devenir de los acontecimientos. Mientras tanto el rey estuvo custodiado en el Palacio Real  por tropas leales.
"Guardia real en 1830"(Blog miniaturas militares)

El 7 de Julio de 1822 se libró una gran batalla en defensa del orden constitucional en los alrededores de la Plaza Mayor de Madrid, entonces llamada "Plaza de la Constitución". La Milicia Nacional, formada entonces por burgueses liberales y a las órdenes de la Diputación y Ayuntamiento de Madrid, se organizó para defender la capital contra una especie de golpe de estado de carácter absolutista contra los liberales y la constitución de 1812. Hubo una dura batalla,  incluso con cañones o armamento pesado. Consiguieron poner a la fuga a los batallones de la guardia real que habían intentado tomar la Plaza Mayor. Y los sublevados terminaron acuchillados por caballerías reales, se dice que por orden del propio rey. Esta calle del 7 de Julio en 1822 no estaba con el arco cerrado, sino abierta, ya que el proyecto de cerramiento ideado por Juan de Villanueva no se completaría hasta tiempos de Isabel II. Por eso los grabados que se conservan en el Museo de Historia sobre estos acontecimientos muestran esta calle de la Amargura sin arco. 
"Entrada desde la calle 7 de julio a los soportales de la Plaza Mayor"
(Foto SIEMA)

"Arco con el que cerró en 1854 este callejón. Arriba placa conmemorativa de los héroes del 7 de julio de 1822" ( Foto SIEMA)

Esos hechos fueron tan importantes que el propio Benito Pérez Galdós les dedicó la 5ª novela de la 2ª serie de los Episodios Nacionales, titulada "El 7 de Julio". Está escrita en 1876 y en ella aparecen algunos de los personajes de novelas anteriores, como Salvador Monsalud o Solita. Algunos fragmentos de la misma serían:" Ya se sabe que la Plaza Mayor tiene dos grandes bocas, por las cuales respira, comunicándose con la calle del mismo nombre. Entre aquellas dos grandes bocas que se llamaban de Boteros y de la Amargura, había y hay un tercer conducto, una especie de intestino negro y oscuro: es el callejón del Infierno. Por una de estas tres bocas o por las tres a un tiempo, tenían los guardias forzosamente que intentar la ocupación de la plaza, de aquel sagrado capitolio de la Milicia Nacional, o alcázar del soberano pueblo armado". Esa calle de la Amargura que refleja Galdós, llamada así seguramente porque era el punto en que se despedían de sus seres queridos los prisioneros que iban a ejecutar en la Plaza Mayor, cambió de nombre a final del sXIX por la del 7 de Julio, nombre con el que se la conoce en la actualidad.

"Casa de Panadería de la Plaza Mayor. El arco situado a la izquierda de la misma es el final de la calle 7 de julio que desemboca en la propia plaza" (Foto SIEMA)

Hoy en día se ha estudiado mucho esta conspiración y se sabe que realmente implicó a muchas personalidades del entorno del rey y al propio monarca. Además de familiares suyos, como sus hermanos Carlos y Francisco de Paula, o ministros como San Martín, que era jefe político de Madrid y Morillo (Capitán General de Madrid). Nos lo cuenta Gil Novales, autor de "El Trienio Liberal". Pero lo que no está tan claro son las motivaciones para organizar dicha revuelta, incluso por parte de ministros que eran liberales moderados. Quizás buscaban tensar más la cuerda para obtener posteriormente más poder.A los liberales el triunfo les duró poco, un año, ya que consiguieron que formaran gobierno los liberales más exaltados, como Evaristo San Miguel, pero no liquidaron la resistencia absolutista. Esta se reforzó aún más llegando, en agosto de 1823, la Santa Alianza con un ejército francés de 132.000 hombres (Los Cien Mil hijos de san Luís) en apoyo del rey Fernando VII.

"Detalle del relieve conmemorativo de los héroes del 7 de julio en la parte superior del arco"(Blog Madrid de los artesanos)
La Milicia Nacional ,autora de aquel triunfo liberal, subsiste aún hoy en forma de Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos y tiene dos misiones fundamentales para preservar la memoria de los heróes que dieron su vida por defender las libertades y el orden constitucional
a)Manteniendo el Cementerio de la Florida o del Tres de Mayo
b)Organizando todos los 7 de julio un acto en esta misma calle donde se recuerde a esos otros héroes milicianos que defendieron la capital contra los absolutistas
La verdad es que la participación popular en la Guerra de la Independencia (1808-1814) hizo que también proliferaran las agrupaciones armadas de burgueses liberales-Milicia Nacional- que lucharon durante toda la centuria contra el Absolutismo. Cuando la situación no lo requería ,porque triunfaban los principios liberales ,se disolvía. En 1876, con la restauración monárquica se disolvió formalmente, quedando un simbólico batallón ceremonial que subsistió hasta la II República. En el día de hoy, 7 de julio del 2014, vuelven a rememorar esos hechos ocurridos en 1822 mediante un homenaje público. Durante el mismo el presidente actual de la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos, José Luís Sampedro, dedica unas palabras a esos milicianos que en 1822 defendieron la ciudad en este mismo punto. Nos ambienta metiéndonos un poco en la España de 1822 y la situación concreta de Madrid en esa época. También hace un resumen de la historia de la Milicia Nacional y afirma que los valores que entonces se defendieron son los mismos que hay que defender hoy en la sociedad: el respeto por el orden constitucional establecido, la convivencia entre los ciudadanos, la lucha por las libertades democráticas y por nuestra nación española.

"José Luis Sampedro, presidente actual de la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales, junto a la policía Municipal de Gala en el acto celebrado el 7 de julio 2014" (Foto SIEMA)

"Lateral de la calle del 7 de julio" (Foto SIEMA)

Existen dos locales de joyas en la calle 7 de julio, uno es de diseño propio y otro de compraventa. Pero el local con encanto que desde SIEMA hemos seleccionado para esta entrada es Taste Gallery, situado en la Plaza de San Miguel nº 8. No sólo es un bar o restaurante al uso, sino que su dueño, el italiano Lucca, ha sabido transmitir su alegría y buen hacer a través de la cocina y las relaciones humanas. Goza de gran éxito en estos dos años de funcionamiento. La filosofía es mantener la tradición de siempre, pero modernizándola un poco. A la vez que adapta la decoración y las comidas y bebidas a las diferentes estaciones.
"Fachada de la Taste en la Plaza de San Miguel"
(Foto SIEMA)

 
"Interior del restaurante"(Foto SIEMA)
Como bien dice en su web, quieren dar alegría a la cocina, pero sin abusar de los precios" porque un pepino es un pepino por mucho que lo cortes en bolitas en forma de caviar". Tanto el bar como el restaurante presenta una carta muy variada donde encontrar las tapas más famososas, junto a exquisitos raviolis, risottos, ensaladas, hamburguesas o steaks, tartar de salmón y diversos pescados. Además de los estupendos postres, batidos o cócteles. De todo ello damos fe porque lo hemos probado en más de una ocasión después de alguna visita por la zona.

"Barra interior"(Foto SIEMA)

" Secret garden" ( web Taste Gallery)
A destacar los diversos ambientes del local: la barra, el jardín interior en la parte de abajo que es como un remanso de frescura y paz en este jaleoso Madrid, el restaurante, la terraza de la propia plaza. También se puede alquilar para eventos. En fin, no me queda más que añadir que sigáis disfrutando de Madrid tanto como yo

Maribel Piqueras (SIEMA Matritensis. www.siema.es; twitter @siemamadencanto)

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