jueves, 26 de mayo de 2016

Monasterio y Colegio de Santa Isabel

El Monasterio que hoy nos ocupa, situado en la calle Santa Isabel de Madrid, se construyó en el mismo punto donde se localizaba la famosa "Casilla" de Antonio Pérez. Este secretario de Felipe II, del cual hablaremos más en otra entrada que dedicaremos a él y a la Éboli en Madrid, tenía en la Plaza del Cordón su residencia y despacho, decorado con gran lujo. Pero es en las afueras de Madrid, donde mandó hacerse una enorme finca: casa grande con cuatro torres, rodeada de enormes jardines, huertas y soto. En ellos dicen que cazaban sus huéspedes. La llamaba, con falsa modestia, la "Casilla", y en ella empleó grandes sumas de dinero para decorarla como palacio de gran príncipe, con todo lujo de detalles y sirvientes vestidos con ostentación. Conviene echar un ojo a la descripción que de ella realizó Zapata y que Gregorio Marañón transcribió en la biografía sobre Antonio Pérez. Sólo recojo unas frases para ambientarnos: "tan rico que con la espuma de sus riquezas hizo la más amena casa que en Madrid hay, hospedándose en ella el señor D. Juan de Austria; que tenía camas y sillas, braseros, arcas y mesas de plata y un sólo brasero se apreció en 60.000 ducados; que cada día de los que el señor D. Juan pasó en su casa le daba nuevos servicios de plata, cama y ropa blanca, y nuevas colgaduras de brocado...". Pero Antonio Pérez cayó en desgracia tras el asesinato del secretario de D. Juan de Austria, Escobedo, el 31 de marzo de 1578. Sólo unos meses después falleció D. Juan de Austria en los Países Bajos, el 9 de Octubre de 1578. Al llegar el cardenal Granvella a Madrid con todas las pertenencias y documentos originales de D. Juan, se estudiaron estos y se descubrió que no correspondía con lo que decían Antonio Pérez y la Princesa de Éboli. A Antonio Pérez le tienen como en arresto domiciliario. Empezándose a descubrir ahora las falsedades que  éstos  habían montado, e incluso convencido al Rey, contra la actividad de Escobedo. Llegando al culmen cuando, en 1584, localizan a uno de los asesinos a sueldo de Escobedo, que confesó todo, echando la mayor parte de las culpas a las intrigas de la Pricesa de Éboli. Por eso, en 1585, Antonio Pérez ingresa en prisión y se le confiscan todos sus bienes. Logra huir a Aragón, y después a Francia (siendo el primer español que empieza una campaña de desprestigio contra España, alimentando la Leyenda Negra más allá de nuestras fronteras). Es en esos años cuando Felipe II decidió actuar sobre esas posesiones de Antonio Pérez y construir un colegio en la antigua Casilla. 

EL COLEGIO DE SANTA ISABEL 

Fundado por el rey Felipe II al final de su reinado, en 1595 como casa de recogimiento para niños y niñas pobres, huérfanos y desamparados. Hay que pensar que en el último tercio del s. XVI España pasó por dos bancarrotas(1563 y 1574) más las deudas por las numerosas guerras, como la de al Armada Invencible en 1588. Madrid, desde que se estableció la corte aquí, se empezó a llenar de mendigos, huérfanos y gente que venía a buscarse cualquier tipo de sustento aquí. El rey se lo encomendó a su capellán, Juan Bautista de Acevedo, quien fué el primer administrador del colegio y lo inauguró con una misa el 18 de Diciembre de 1595 ( festividad de Nra Sra de la Esperanza). Por tanto, de todo el complejo de Santa Isabel, es lo primero que se hizo, así que le dedicaremos a él los primeros comentarios.

Colegio y Monasterio de Sta. Isabel en el plano de Texeira

Fachada del Colegio actual de Santa Isabel-LaAsunción
(Foto SIEMA)

Puerta del Colegio con sillares de granito y escudo Austria encima
(Foto SIEMA)

Las edades de los niños iban de 7 a 12 años. Allí hacían sus prácticas piadosas y estudio de la doctrina cristiana, su aprendizaje de lectura y escritura, además de labores manuales. El nombre de Santa Isabel se lo puso Felipe II debido al gran cariño que tenía a su hija, Isabel Clara Eugenia que, además, fue gobernadora de los Países Bajos. Y se cambió el nombre de la calle, de Antonio Pérez, a Santa Isabel (por la reina de Hungría , que había sido en vida muy solícita con los pobres). Con su hijo Felipe III pasaría a ser sólo Colegio femenino. En 1738, se redactan las nuevas constituciones, por las que prefieren a las huérfanas de empleados de la Casa Real, Estado o Ejército fente a otras solicitudes. Siempre fue patronato real. Hoy es un centro educativo concertado católico. Aunque muy reconstruido conserva todavía las amplias estancias de la casilla, los muros antiguos de mampostería, incluso con restos de silex de al antigua muralla de Madrid, patios y columnas de la Casilla. De finales del s XIX es la mayor reforma del colegio, que se aprecia en sus muros de ladrillo e interiores. 

Foto antigua de la Capilla del Colegio de Sta. Isabel


Patio actual del colegio (Blog hanganadolosmalos)

CONVENTO E IGLESIA

El convento, que tiene entrada por la calle Sta. Isabel 48 bis, es de estricta clausura. Antes de hacer el recorrido por la maravillosa iglesia, que pudimos ver con diferentes grupos de Siema Matritense, gracias a Patrimonio Nacional, nos adentraremos un poco en la historia del Convento y la iglesia del mismo. Los orígenes del convento se los debemos a una dama cortesana llamada Prudencia Grillo que, después de una fuerte conversión de una vida muy frívola, decidió dejar todos sus bienes y casas en la calle del Príncipe, para fundar allí mismo un convento en 1589. Si, en pleno centro de artistas, músicos, junto al corral de comedias del Príncipe. Le encomendó la organización del convento a San Alonso Orozco, el llamado "Santo de San Felipe". Esta sería la primera fundación de Agustinas Recoletas Reformadas en Madrid, según lo establecido después del Concilio de Trento. Orozco hizo venir a cuatro religiosas agustinas del convento de Nra Sra de Gracia de Ávila. Curiosamente en ese convento estuvo Sta. Teresa adolescente, recibiendo formación. 
Convento de Nra Sra de Gracia, en Ávila, a las afueras de la muralla
(Foto SIEMA)

A la reina Margarita, mujer de Felipe III, cuando fue a visitarlas, no le gustó nada la ruidosa y poco recogida zona en la que estaban esas primeras monjas. Así que decidió su traslado a la zona de la casa de campo de Antonio Pérez en 1610, dotándolas de nuevas constituciones. Ahora, en vez de depender de la iglesia de San Felipe Neri, pasaron a depender directamente del capellán del palacio. Así que el convento, lo mismo que había sucedido con el colegio, pasa a ser patronato real. Las obras para acondicionar la antigua Casilla como convento se inician en 1611. Anteriormente habían trabajado reformando la Casilla, tanto Francisco de Mora (discípulo de Juan de Herrera), como Fray Alberto de la Madre de Dios. Pero ahora será Juan Gómez de Mora el encargado de las reformas y del proyecto de la iglesia, cuya construcción se inició en 1640. Pero las obras se alargaron mucho en el tiempo, continuándolas Jerónimo Lázaro Goiti  y su hijo, Pedro Lázaro Goiti, que las terminó en 1667. En el plano de Texeira aparece la primitiva capilla, no la iglesia nueva, que es la actual. Pero también a través de ese plano se percibe la gran extensión de todo el conjunto, monasterio y colegio, con sus fachadas y grandes muros a lo largo de la calle Sta. Isabel. Así como los numerosos patios y gran extensión de huertos y jardines hacia el interior. Como están todavía hoy en día. 
Vista exterior del conjunto de Santa Isabel, que se extiende a lo largo de 
la calle del mismo nombre . Primero los muros del convento, la iglesia luego y, 
por último, el colegio(Foto SIEMA)

Entrada al convento, de enorme sobriedad (Foto SIEMA)

Otra de las entradas al convento y sus huertas (Foto SIEMA)

Vista desde el Museo Reina Sofía, con la torre octogonal de la iglesia al fondo
(Foto SIEMA)

A lo largo de los siglos las monjas y el enorme conjunto histórico pasaron por muchos avatares. Un aparatoso incendio en el s.XVIII determinó que se remodelara la iglesia con la lujosa tribuna y frescos de González Velázquez. Con la ocupación francesa del mismo se expulsó a las monjas, que regresarían en 1816. Debido a la protección real no les afectó la desamortización. En 1876 se amplió el complejo con la casa del rector, dos viviendas para capellanes y escuelas a cargo del arquitecto de palacio, José Segundo de Lema. En 1890, Repullés, realizaría también algunas reformas. La Guerra Civil supuso muchos destrozos al Monasterio de Sta. Isabel. Las monjas y objetos de arte que se salvaron lo hicieron con la ayuda de los vecinos, escondidas entre ellos. Lo mismo que el rector en 1936, San José María Escrivá de Balaguer. Grupos violentos anticlericales le prendieron fuego y saquearon todo lo que pudieron, desapareciendo obras de arte importantes como el famoso lienzo de Ribera del altar mayor y todo el retablo de madera policromada que lo rodeaba. En esa obra Ribera pintó en el rostro de la Virgen el de su propia hija, amante de D. Juan José de Austria. Cuando se colocó en el convento, en 1672, las monjas hicieron que Claudio Coello repintara ese rostro porque, según ellas, no se parecía a la Virgen. Es decir, sabemos los objetos de arte que había y que luego se perderían durante la guerra, por las descripciones de Palomino y Ponz. Aún así, el Real Monasterio de Santa Isabel alberga un toral de 1272 piezas pertenecientes a Patrimonio Nacional, es decir, al estado español. Estas se reparten en colecciones de pintura (191 piezas), escultura (64), plata (44), metales (20), ornamentos litúrgicos (653), cerámica (4), muebles (135), retablos (14), relicarios (64), estampas (36). Inventariadas por Patrimonio Nacional. Muchas de ellas pudimos contemplarlas en la exposición que se celebró en 1990 con motivo del IV Centenario de la Fundación del Convento. 
Puerta interior del convento con los horarios de atención de las monjas
(Foto SIEMA)

Torno protegido por medidas se seguridad(Foto SIEMA)

Curioso cáliz de coral, a juego con patena y otros elementos litúrgicos, que se conserva en el interior del convento ( Foto José Luis Saenz. Las Agustinas Recoletas de Sta. Isabel la Real de Madrid)

Sor Ana de Santa Inés, sucesora de la venerable madre Mariana de San José en el priorato. En este lienzo que se conserva en el convento, se aprecia las costumbres funerarias que tenían las monjas. Como las coronaban de flores, las situaban entre candelas para velarlas  (Foto José Luís Saenz)


Una de las cosas que más llaman la atención es la extensión y cuidado del jardín y huertas. Un alto muro por Doctor Fourquet separa las huertas de la calle. Las viviendas construidas presentan muros cerrados en el lado de las huertas de las monjas. El jardín se organiza primero con amplios claustros, luego se extiende dividido en zona para plantas ornamentales, como rosaleda, estanques; pero también presenta una parte dedicada a árboles frutales y huerta tradicional. Todo ello atendido por jardineros de Patrimonio. Os adjunto algunas fotos actuales conseguidas gracias a Cristina Mur, de Patrimonio. Desde aquí agradecemos toda la atención prestada.
Límites del convento con la calle Doctor Fourquet y las casas que rodean a la gran huerta
(Foto SIEMA)

Estanque de los jardines (Foto Cristina Mur)

Parte ornamental, con la pérgola, rosales y demás flores 
(Foto Cristina Mur)

Vista general del huerto, con la cúpula y la parte posterior del Monasterio
(Patrimonio Nacional)

Otra vista del huerto con los muros del convento
(Cristina Mur)

Más árboles de la zona del huerto y los muros de Doctor Fourquet
(Cristina Mur)

Huerto tradicional (Foto Cristina Mur)

IGLESIA ACTUAL Y SU PATRIMONIO

Desde el exterior nos encontramos con la característica fachada de la arquitectura barroca madrileña de la época de los Austrias: forma rectangular vertical, rematado con frontón triangular en cruz. En la parte inferior, en lugar de arcadas, aparecen tres puertas adinteladas, siendo mayor la principal. Encima de ella un escudo real entre las impostas y un gran ventanal arriba.

 Fachada de la iglesia de Sta. Isabel, retocada en el s.XVIII
(Foto SIEMA)

Tambor octogonal, linterna y campanario de la iglesia de Sta. Isabel
(Foto José Luis Saenz)

La planta es de cruz latina, con unos tramos muy cortos, donde se disponen pilastras cajeadas de orden toscano en las paredes. Un gran entablamento recorre la iglesia, con modillones muy sobrios. En el crucero es donde percibimos más el conocimiento del barroco por Gómez de Mora. El arquitecto logra crear movimiento e unidad espacial diseñando un crucero ancho, pero corto, con machones achaflanados dispuestos en un espacio octogonal (que queda marcado más al exterior de la cúpula) . En su parte baja se retranquean hacia dentro, logrando unas capillitas. La iglesia resulta muy luminosa, cubierta por una gran cúpula con tambor en el que se abren ventanas y una gran cúpula. La decoración original la quemaron en 1936 los extremistas, pero se exhiben las mejores obras que se pudieron salvar entonces. En vez del retablo original de 1664 con el lienzo de la Inmaculada de Ribera que comentamos anteriormente, el actual es de madera policromada, del s XVII, y procede de la catedral de Pamplona. En su parte superior la copia del lienzo de "San Agustín y Sta. Mónica" (Antonio Arias, 1656), que se encuentra a los piés. Un relieve moderno representa la escena de la advocación del convento y la iglesia, la Visitación de la Virgen a su prima Isabel. Destacan las imágenes escultóricas labradas en el sagrario, todas ellas del s.XVII. Junto al altar mayor, a la izquierda, la reja que comunica con el coro bajo de las monjas, donde también se exponen maravillosas obras de arte, como la "Inmaculada"de Alonso Cano. Sobre el coro la placa conmemorativa de la inauguración de la iglesia en tiempos de Felipe IV. Justo en frente, otra de la conmemoración del IV Centenario de la fundación del convento, junto a un bello púlpito. 

Vista general del altar y machones achaflanados del crucero
(Foto SIEMA)

Vista de la parte izquierda de la cabecera de la iglesia, con el coro bajo y
 la placa encima del mismo(Foto SIEMA)

Detalle de los relieves del altar mayor 
(Foto SIEMA)

Detalle del relieve moderno de la Visitación
(Foto Esperanza Moreno para SIEMA)

Coro bajo de las monjas con la sillería y obras de arte
(Foto Esperanza Moreno para SIEMA)

Puerta frontal con la escena de la Resurrección en el Sagrario
(Foto SIEMA)

Detalle de la parte superior del sagrario
(Foto SIEMA)

Púlpito (Foto SIEMA)

Placa encima del coro donde recuerda la consagración de la iglesia por Felipe IV
(Foto SIEMA)

Placa conmemorativa del IV Centenario, en la pared que da 
a la parte del colegio (Foto SIEMA)

Los frescos y la decoración de estucos original de la cúpula quedaron muy dañados y, por encima de la línea de cornisa, se realizaron trabajos de restauración tras la Guerra Civil. Las dos tribunas laterales son posteriores, del sXVIII. Lo que si se conservó intacto son los altares de mármol rosado laterales, dentro de las capillitas. Uno, el de la entrada a la Sacristía, sirve para exponer un magnífico lienzo barroco de San Leandro, de autor anónimo. El otro, sostiene la bella "Inmaculada" de Claudio Coello, entre las tablas de san Ildefonso y San Eugenio (ambos de escuela madrileña). 

Vista de una de las tribunas, la de la izquierda
(Foto SIEMA)

Cúpula de Sta. Isabel (Foto SIEMA)

Detalles del altar de mármol rosa veteado 
(Foto SIEMA)

San Leandro (Foto SIEMA)

Altar de la Inmaculada de Claudio Coello 
(Foto SIEMA)

Talla del s XXI de S. Alonso Orozco, a los piés de uno de los machones
(Foto SIEMA)

Encima de esos altares laterales de mármol las monjas de Sta. Isabel organizan en Navidad dos preciosos belenes, uno popular y otro napolitano. Es de las pocas veces que se puede visitar la iglesia, entre el 8 de Diciembre y el 6 de Enero. Habitualmente sólo se puede ver la iglesia en horario de culto y son horas demasiado tempranas para el público normal ( misa de 8h de diario o de 10h los domingos). En el primer tramo encontramos los lienzos de "San Agustín y Sta. Mónica" , de Antonio Arias,  y el de "San Antonio Abad y S. Jerónimo"(escuela madrileña del s XVII), también una "Inmaculada" de Palomino y el "Arcángel S. Jeudiel" de Bartolomé Román, que era un pintor y retratista de la corte de Felipe III. La verdad es que el Monasterio de Santa Isabel resume todo lo que fué un Real Patronato durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Un R. Patronato vinculado a las Agustinas, de ahí la temática encontrada: muchos belenes, niños Jesús, Inmaculadas, S. Agustín o visitaciones de la Virgen a su prima Isabel. De palacio se traen a los mejores artistas, que son los mismos que trabajan aquí, como Gómez de Mora, Bartolomé Román, Arias, Claudio Coello, etc...También son los capellanes de palacio los que dirigen a las monjas. Por eso en el suelo, a los piés del altar mayor, están enterrados dos de estos capellanes ( que tenían el título honorífico de patriarcas de Indias), como Antonio de Sentmenat y Jacobo Cardona.

Arcángel Jeudiel, de Bartolomé Román
(Foto SIEMA)

Inmaculada de Palomino 
(Foto SIEMA)

S. Antonio Abad y San Jerónimo
(Foto SIEMA)

S. Agustín y Sta. Mónica, de Arias
(Foto SIEMA)

Tumba del capellán de palacio y patriarca de Indias, Cardona
(Foto SIEMA)

A los pies de la iglesia, a la izda, hay un cuadro moderno colgado hace un par de años, que representa a S. José María Escriva de Balaguer, el fundador del Opus Dei, porque fué rector de Sta. Isabel y capellán en 1936. Le encantaba rezar y cantar a un niño Jesús que tenían las monjas, de madera policromada, con el que aparece en el lienzo y que todavía se conserva en la clausura.

Niño Jesús que se conoce como Niño de Escrivá
(Foto José Luis Saenz)

San José María con el Niño Jesús
(Foto SIEMA)

No quería terminar, a pesar de que esta entrada se está alargando, sin recomendar un negocio con encanto situado en los propios bajos del Monasterio de Santa Isabel. También comentar que se pueden informar de las visitas por Madrid en programas  libres, o con posibilidad de inscripción individual, en la agenda de www.siema.es o el Siema Matritensis y el twitter @siemamadencanto. Pero las cerradas con empresa o grupos privados no se publican. Dentro de lo que fueron los muros del Monasterio encontramos en Sta.Isabel 48c CENTRAL DE CINE (www.centraldecine.com), que es el negocio con encanto elegido para este post. Es un espacio de formación para actores de cine e interpretación. Pero no sólo actores, ya que es un espacio mucho más abierto y con numerosos cursos. Una especie de puente entre la formación de la escuela y la industria audiovisual. Hay cursos para iniciados y , también para profesionales que quieran perfeccionar técnica o innovar. Además de los cursos habituales disponen de talleres en verano para saber hablar ante una cámara o de técnicas para presentadores y reporteros. Todo lo que ofrecen es muy atractivo.

Espero que os haya gustado. ¡Hasta pronto!

Maribel Piqueras
Vista general de la entrada a Central de Cine (Foto Central de Cine)




domingo, 15 de mayo de 2016

Museo de San Isidro o de los Orígenes de Madrid

Entorno a la fecha del santo patrón de Madrid queremos acercarnos al Museo de la ciudad que lleva su nombre, el Museo de San Isidro o de los Orígenes de Madrid. En otra entrada comentamos el Museo de Historia de Madrid, donde se recogen documentos y obras de arte para ambientar en la historia de nuestra ciudad desde que se estableció la capital en ella: http://madridconencanto-siema.blogspot.com.es/2015/03/museo-de-historia-de-madrid.html. Hoy vamos a centrarnos en este pequeño museo situado en la Plaza de S. Andrés nº 2. El Palacio de los condes de Paredes es un sobrio edificio Austria del s XVII, muy restaurado, con muros de ladrillo y mamposteria, rematados por dos incipientes torres en las esquinas. Se sitúa en la zona donde estaban las viviendas de la servidumbre de los Vargas, en concreto, la última morada de San Isidro. Pequeño, acogedor, con un recorrido museístico un poco laberíntico, pero que merece la pena conocer para ambientarnos en la historia de Madrid desde la Prehistoria hasta que Felipe II establece en ella la capital. Una de las zonas de Madrid con más encanto, junto a la Plaza de los Carros, la Iglesia de San Andrés, la Capilla del Obispo y la Plaza de la Paja.

Vista de la capilla de S. Isidro en San Andrés desde la plaza situada delante 
del Museo de San Isidro o los Orígenes (Foto SIEMA)

Exterior del Museo de San Isidro, donde se perciben las dos torres de las esquinas, 
los tejados de teja e, incluso, las cubiertas de la capilla interior dedicada a S.Isidro
(Foto SIEMA)

El recorrido se inicia con la fauna del valle del Manzanares hasta 120.000 años, en que el enfriamiento del planeta produjo una adaptación de los animales al frío, desapareciendo muchas de las especies anteriores. Se disfruta mucho en familia con un juego interactivo referente a la fauna de la Prehistoria o viendo los restos de mamuts encontrados en los yacimientos madrileños. En primer resto de homínido hallado en Madrid es un molar de un niño neandertal de 7 años y se localizó en el yacimiento de San Isidro. Después contemplamos cómo fué el desarrollo de la agricultura y ganadería en la región, con el cambio que trajo el Neolítico: aparecen las tribus sedentarias, la nueva organización social, los ritos funerarios, la metalurgia, una sociedad agrícola y ganadera  que se manifiesta en el tipo de útiles encontrados y expuestos en vitrinas. También a destacar que, en la Edad de Hierro, son los carpetanos los pueblos que habitan nuestra región y se ha recreado en una maqueta el modelo de poblado carpetano de la Gavia (Villa de Vallecas) en el cerro con sus casas típicas (400-100 a.C)

Molar neandertal (150.000-127.000 a.C) Foto SIEMA

Osamenta de mamut y video explicativo (Foto SIEMA)


El Madrid romano y visigodo también se encuentra en el museo. Aunque no era una ciudad romana, como si lo fué Complutum, en Alcalá de Henares, sí que tenía importancia agrícola y estratégica, para que algunas villas romanas se situaran aquí: villas agrícolas decoradas con preciosos mosaicos, esculturas, además de disponer de vaijillas y finos vidrios. Una de las más importantes era la villa romana de Villaverde Bajo. Tras su renovación en abril del 2017 se pueden contemplar también varios mosaicos romanos de la Villa de Carabanchel (s IV y V).

Mosaico de las cuatro estaciones en la villa romana 
de Carabanchel (Foto SIEMA)

 Los visigodos ocuparon esas villas abandonadas y dejaron también restos arqueológicos. Del Mayrit musulmán, fundada por Muhammad I como punto estratégico con su alcazaba en una colina junto al Manzanares, casi no queda ningún monumento en la ciudad, pero el Museo de San Isidro dispone de muchas cerámicas islámicas, como una preciosa fuente encontrada en la plaza de Oriente o una representación de uno de los arcos de las murallas árabes en barro, encontrada en las excavaciones de la casa de San Isidro. A partir de la conquista cristiana en 1085, Madrid crecerá continuamente hacia el E y S del antiguo poblamiento árabe. La nueva muralla, iniciada en el s XII, pronto quedó pequeña y surgirían los arrabales de San Ginés,  San Martín y la Santa Cruz. De esa ciudad cristiana medieval hay también numerosos restos arqueológicos para saber cómo era la vida cotidiana. Lo que más suele gustar es el video de las muralla medievales, realizado con gran precisión y fuerza visual. A través del mismo se puede seguir la reconstrucción de las diferentes murallas y cercas de la ciudad. 

Cerámica árabe y sondas de cirujía del expositor del Madrid
árabe (Foto SIEMA)

Puerta árabe que parece un juguete, encontrada en las excavaciones
en la propia zona del museo (Foto SIEMA)

Video de la muralla medieval de Madrid que, en ese momento,
representaba la puerta de Guadalajara (Foto SIEMA)



Traslados del cuerpo de san Isidro desde que muere en la habitación de este museo 
(Foto SIEMA)
Figura clave de este museo es San Isidro, el campesino que trabajaba para los Vargas y que falleció en esta casa, el 30 de noviembre de 1172, con unos 90 años. En el cartel de arriba, que está muy bien explicado, se pueden seguir los sucesivos traslados del cuerpo del santo. Desde la habitación donde falleció, convertida en capilla en el s. XVIII, hasta el cementerio de San Andrés, donde se descubrió su cuerpo incorrupto en 1212. Después pasaría a la Iglesia de San Andrés,  a la capilla del Obispo, a San Andrés otra vez, a la Capilla de San Isidro en San Andrés (bajo un espectacular baldaquino barroco) y, finalmente, al altar mayor de la Colegiata de San Isidro.

Copia de la tumba original de cuero y madera policromada que se encuentra en la capilla de la catedral de la Almudena. Preciosas escenas sobre la vida y milagros de San Isidro y Sta. María de la Cabeza decoran la tumba, enmarcadas en arquitecturas y decoración gótica (Foto SIEMA)

Capilla decorada en el s.XVIII en el mismo sitio en que murió el santo, con fresco de Zacarías González Velázquez, que muestra la glorificación de San Isidro, suelo y altar de mármol con escultura del santo. Junto a él, pinturas y vitrinas con esculturas de diferentes épocas con la iconografía de S. Isidro y Sta. María de la Cabeza (Foto SIEMA)

Detalle del interior de San Andrés, donde se aprecia en baldaquino con la escultura de San Isidro, que había esculpido Pereira, en la Capilla de San Isidro en San Andrés. Ardió en 1936 en el incendió provocado por extremistas violentos (Foto SIEMA)

Una de las partes que más gusta del Madrid medieval que se conserva aquí es el monumento funerario de la Latina y de su marido. Preciosa y muy elaborada tumba renacentista, de estilo plateresco, con muchos detalles en la iconografía. Están esculpidos sólo el frente y los laterales, por un discípulo de Fancelli, el gran escultor de los Reyes Católicos, llamado Hernán Pérez de Albiz en 1530, realizándolas en alabastro. Beatriz Galindo, la maestra de Latín y Humanidades de la reina Isabel, la Católica, preceptora y gran amiga de la reina no se merecía menos. Obras de arte religioso de  finales del s XV y principios s.XVI nos ambientan en este Madrid que aún no ha llegado a ser la capital de España. También fotografías de planos del Alcázar Austria y de la villa de Madrid nos dan una idea de cómo cambiaba a lo largo de los siglos.  La maqueta de la Iglesia de Santa María la Real, junto a la calle Mayor, nos proporciona una imagen de cómo podrían ser las grandes iglesias madrileñas ahora desaparecidas. Otro de los puntos más visitados es el famoso pozo donde se produjo el milagro de la resurrección del hijo de San Isidro, San Illán, que se cayó en él cuando sólo tenía 2 añitos. Su madre, asustada, llamó a San Isidro, que se encontraba trabajando, éste intercedió a la Virgen que hizo subir las aguas con el niño vivo y chapoteando encima de ellas. El brocal actual es un añadido en el s. XVI.

Tumba de la Latina (Foto Pasión por Madrid)

Tumba del marido de la Latina, de 1530 (Foto SIEMA)

Pozo (Foto Mirador de Madrid)

Maqueta de Sta. María, la Real (Foto SIEMA)

Entierro de Cristo del Maestro del Portillo, s XVI.
Donación de Bernardo Saez (Foto SIEMA)

Interesante el jardín interior del museo, situado justo detrás del ábside la Capilla del Obispo, cuyos contrafuertes y elementos medievales se perciben muy bien desde aquí. Este Jardín Arqueobotánico nos recuerda la importancia de los elementos vegetales para la historia de Madrid: el análisis de pólenes, semillas, maderas adquirió mucha importancia a partir del sXIX. Estudiando las plantas y frutos se ve la importancia que los árabes dieron al agua, su canalización subterránea, el uso para huertas y los cultivos que se daban en Madrid. Con los reyes cristianos pasarían a tener mucha importancia los cereales y la agricultura de secano. En este Museo de San Isidro nos puede pasar desapercibido su almacén, situado en los sótanos, donde se exponen más restos prehistóricos, romanos y medievales que no desmerecen nada.

Parte de atrás del ábside de la Capilla del Obispo que se ve
desde el jardín interior (Foto SIEMA)

Vista general del Museo arqueobotánico (Foto SIEMA)

Videos y cerámicas romanas y tardoromanas expuestos en el 
almacén del sótano (Foto SIEMA)

Fuera del Madrid Medieval que estamos recorriendo el Museo de San Isidro presenta también un interesante patio renacentista, cubierto para lograr mayor espacio expositivo y que, también, admite la posibilidad de alquilarlo para eventos. Igualmente cuenta con un salón de actos para conferencias. El patio tiene dos alturas con galerías de columnas y zapatas renacentistas. Arriba se asoman la grandes esculturas de San Isidro y Sta María junto al pozo y San Illán. En la parte inferior de la galería se localizan importantes esculturas originales del s.XVIII, del Madrid Ilustrado, pero en bastante mal estado. Como los tritones y delfines de Robert Mitchel, que estuvieron situados en el Paseo del Prado, o el famoso surtidor con forma de dragón, de la Cibeles. Este último nos recuerda que en el escudo de Madrid, algunas veces, aparecía un dragón junto al famoso oso y madroño. Este Museo de San Isidro o de los Orígenes de Madrid no se limita a ser un catálogo de obras expuestas, sino que nos ambienta muy bien en la historia de nuestra ciudad antes de que fuera establecida la capitalidad en ella. Nuevos criterios museísticos y una nueva iluminación y disposición de piezas lo actualizan con acierto. Con estas bellas imágenes me despido. Recordando a nuestros lectores que pueden seguirnos en twitter @siemamadencanto  y facebook Proyecto Siema, así como concertar visitas con nosotros a través de web www.siema.es o i mail info@siema.es. Las visitas de la web no son las de empresas o grupos privados (que no se publican), sino las libres en las que se puede apuntar cualquiera.

Maribel Piqueras

Patio renacentista y fuente central del mismo (Foto SIEMA)

Dragón como fuente con surtidor, que estaba colocado 
en la Cibeles en el s.XVIII (Foto SIEMA)

Escudo de Madrid, donde aparece un dragón, encontrado en 1842 
cerca de Puerta Cerrada (Foto Rutas con historia)

Tritones y delfines originales de Robert Mitchel para las fuentecitas del Paseo del Prado. 
Siglo XVIII (Foto SIEMA)