lunes, 19 de marzo de 2018

Calle la Bola

Hoy quiero que conozcáis un poquito más la calle La Bola. Es una estrecha calle, empinada y con muy pocos números, pero está llena de encanto e historia. En el plano de Texeira aparece con el nombre de la Encarnación, porque era la calle que conducía desde el Monasterio de la Encarnación hasta la Plazuela de Sto. Domingo. En el siglo XIX se la conoció también durante algún tiempo con el nombre del General Malcampo. El curioso nombre de la Bola no se sabe a ciencia cierta su origen. La teoría más aceptada por todos los investigadores es que se debe a una gran bola de piedra situada en la esquina de la calle para evitar el paso de carruajes grandes. Otra teoría, más fantasiosa, nos habla de una pista de juego de bolos con una bola colgada en la fachada que el fuerte viento la arrancó un día y acabaría llegando hasta las habitaciones del príncipe Baltasar Carlos, en el Álcazar. Esta cercanía a la residencia real hizo que se situaran en ella casas de funcionarios de la corte. Con el paso del tiempo, se añadirían colegios, edificios relacionados con la educación, elegantes viviendas de principio de siglo XX, negocios centenarios o palacetes.

Detalle del Plano de Texeira donde se ve la empinada calle
de la Encarnación cruzándose con las Rejas y la calle de Sto. Domingo
(Foto Arte en Madrid)

Empezaremos por los números impares de la calle. Justo en la esquina de la calle la Bola con la Plaza de la Encarnación podemos ver un escaparate que nos llama mucho la atención. Se trata de Alambique (www.alambique.com). Es una tienda de utensilios de cocina, donde también se imparten talleres y cursos de cocina de calidad. La fundó en 1978 Clara María González de Amezua y en la actualidad lleva el negocio su propia hija, María Llamas. Desde su origen se podía encontrar aquí lo más novedoso en el ámbito de utensilios de cocina, por ejemplo, lo primeros moldes de silicona americanos y ese espíritu lo siguen manteniendo. En el mismo local hay una amplia oferta de cursos y talleres. El solar del s XVI en que se construyó el edificio sufrió varias transformaciones, pero mantiene las vigas de madera antiguas y las finas columnas de fundición del s. XIX. 

Alambique ocupa el inicio de los números impares de la 
calle la Bola (Foto SIEMA)

Interior de Alambique (Foto SIEMA)

Portada del sXVII en la calle La Bola 1, donde se aprecia el 
gran patio interior (Foto SIEMA)

En el nº 5 nos encontramos con el centenario Restaurante La Bola. En 1802, cuando la calle mantenía todavía el nombre de las Rejas, existía en este punto una botillería que se transformó en restaurante en 1870. Destaca su fachada esquinada revestida de madera roja con el rótulo y la bola en dorado. Su plato típico es el cocido madrileño, elaborado con los mejores ingredientes y cocinado de manera tradicional, tal y como se hacía a fines de s. XIX: en pucheros individuales de barro colocados sobre brasas de carbón. En los últimos años se le han concedido numerosos galardones por su buen hacer culinario. Se mantiene en primera línea desde hace cuatro generaciones. Ofrecen dos turnos de comidas en sus tres salones. Mantienen la decoración interior que recuerda la atmósfera de finales del s. XIX (zócalos de madera y revestimiento de paredes con el mismo material, lámparas y relojes decimonónicos). Para más información podéis consultar su web www.labola,es

Fachada del restaurante la Bola (Foto SIEMA)

Rótulo de la calle La Bola (Foto SIEMA)

Sobre la barra de la entrada (Foto SIEMA)

A fuego lento y de manera tradicional (Foto La Bola)

Segundo salón (Foto SIEMA)

Primer salón, donde destacan la lámpara, el reloj de pared, 
los zócalos de madera y las fotografías de personajes ilustres
(Foto La Bola)

Ava Gardner en la Bola (Foto La Bola)

Barra de entrada (Foto SIEMA)

Reloj de pared justo en la fachada que da a la calle 
La Bola (Foto SIEMA)

El Palacete que hace esquina con la calle Guillermo Roland es hoy la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid. Antes esa calle se llamaba de las Rejas porque todos sus edificios estaban dotados de grandes rejas de hierro. En 1901 se le cambió el nombre para homenajear a ese político del sXIX, Guillermo Roland. La casa pertenecía en 1612 al secretario del rey Felipe III, Juan de Cirica. Se le concedieron muchos privilegios como, por ejemplo, estar exenta de la regalía de aposento. Mantiene el estilo Austria de Gómez de Mora, de quien es también la puerta de la entrada principal. La base del exterior del edificio está compuesta por un gran zócalo de mampostería, con gran número de piedras, incluso de silex, que es el material utilizado en la cerca del Arrabal que corría por la calle de la Encarnación durante el sXV y que llegaba hasta la Puerta de Sto. Domingo. Tanto los materiales de la cerca como los de las murallas se reutilizaban. Podemos hablar de murallas y cercas "recicladas" en Madrid. El edificio es de dos alturas, con muros de ladrillo y sin decoración escultórica en el exterior. El revoque y la cornisa son más tardíos, del sXVIII. En 1770 se localiza con el nombre de Palacio de la Regalía o del Conde de Bornos. Interiormente está muy renovado. Conserva las bóvedas antiguas en los sótanos, también el patio y la escalera principal del mismo. En 1980 pasó al Estado español y el arquitecto García de Paredes lo reformó por completo, añadiendo además un piso más. 


Exterior de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales 
de la Comunidad de Madrid, antiguo palacete de Juan de Cirica, secretario de Felipe III
(Foto SIEMA)

Puerta principal de entrada al palacete con las molduras rectas
de granito. s XVII. (Foto SIEMA)

Vista lateral del palacete desde la calle Guillermo
Roland (Foto SIEMA)

Patio del mismo (Foto Arte en Madrid)


Continuando nuestro paseo por el lado de los números impares terminamos encontrando el  Edificio de viviendas en el número 9, una de cuyas fachadas también da a la actual calle Fomento. Pertenece al Marqués de Rivadulla (quien compró también el título al famoso Marqués de Sta. Cruz). Este edificio estilo  belle epoque se terminó de construir en 1923, como indica un rótulo en la fachada de la calle Fomento. La decoración exterior está muy elaborada: preciosas rejas con motivos modernistas, alternancia de volúmenes curvos y rectos en las torres, frontones, ménsulas con decoración floral. Incluso presenta una esmerada decoración en la cornisa. Conserva la escalera principal de hierro y pasamanos de madera. Justo en el arranque de la escalera podemos contemplar una copia en escayola del Laoconte, que está considerada como una de las dos copias mejores que existen del mismo. La fachada del edificio que da a Fomento la comparten con el IES Sta. Teresa.

La Bola 9, uno de los dos torreones de la fachada
principal (Foto SIEMA)

Copia del Laoconte y arranque de la escalera principal
(Foto SIEMA)

Entrada principal en el número 9 (Foto SIEMA)

Remate del edificio en la calle Fomento con la 
inscripción de 1923 (Foto SIEMA)

Detalles de las elegantes molduras y ménsulas del los balcones
del edificio de viviendas (Foto SIEMA)

IES Sta. Teresa (Foto SIEMA)

Nos toca bajar por los números pares de la zona, donde encontraremos muchos edificios relacionados con la enseñanza como, por ejemplo, el nº 14, que parece ser sirvió para una de las sedes de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer. O el n 6, que fue sede del Colegio de San Ignacio de Antioquía (1941). Utilizaron para ello el antiguo solar de unas casas nobles del s XVI y XVII, que luego sería Palacete del Duque de Granada y Ega. De este monumento hablaremos en la entrada siguiente del blog. El patio del colegio y sus canchas de deporte formaban parte del jardín y entrada para carruajes del Duque. También usaron las caballerizas del mismo. Hasta que en 1990 se haría cargo del mismo una cadena hotelera. Como veis, mucha historia de Madrid  en un tramo de calle estrecha que podéis recorrer con SIEMA Matritensis en las visitas guiadas libres a la zona. Éstas suelen publicarse en la web www.siema.es, en Facebook Proyecto SIEMA o en twitter @siemamadencanto. ¡Disfruten de las imágenes y de Madrid!

Maribel Piqueras
Bola 14, antigua Asociación de la Enseñanza 
de la Mujer (Foto SIEMA)

Patio del colegio San Ignacio, que ocupó parte del jardín de entrada y
caballerizas del Palacio del Duque de Granada y Ega. Hoy Hotel Gran 
Meliá Palacio del Duque (Foto SIEMA)

Verja que separa el jardín del palacete del Duque de Granada y la entrada de 
carruajes por la calle la Bola 6, que era la entrada principal (Foto SIEMA)

Otra vista de la entrada del Palacio que da 
a esta calle (Foto SIEMA)

lunes, 5 de marzo de 2018

La Magistral de Alcalá

La Iglesia Magistral de Alcalá de Henares se levantó sobre el lugar en que fueron enterrados los santos niños Justo y Pastor, que fueron martirizados a las afueras de la ciudad romana de Complutum, en el año 304, cuando la persecución de Diocleciano. En torno a ese punto surgirá el núcleo de la Alcalá cristiana medieval. Primero hubo una ermita, que pasaría a parroquia medieval durante el s.XII. Unos siglos después, el arzobispo Carrillo, la elevaría a rango de colegiata. En esta Colegiata de los Santos Niños Justo y Pastor tendría lugar el bautizo de Catalina de Aragón, hija de Isabel y Fernando, quien nació en Alcalá durante la noche del 15 de Diciembre de 1485. La bautizó el cardenal Mendoza. Pero el edificio que nos ocupa es otro de los grandes logros del cardenal Cisneros en Alcalá y está en estrecha relación con la universidad. Cisneros encargó a los hermanos arquitectos Antón y Enrique Egás la construcción de un edificio más solemne, en piedra, con elegante decoración en estilo gótico tardío. También se sabe que como maestro de obras trabajó Pedro Gumiel, oriundo de Alcalá. Se construyó entre 1498 y 1514. Es una de las dos iglesias en el mundo que tienen el título de Magistral, otorgado en 1519 por el Papa, porque sus canónigos debían ser magister de la universidad. La otra es Lovaina. Cisneros no llegó a gozar de ese título en vida, pero si bautizó a Fernando, hijo de Juana la Loca, en la Magistral aún en obras en 1503. 

Imágenes del interior de la Magistral antes de la 
Guerra Civil (La Luna de Alcalá)

Dibujo de Cisneros en la construcción de la catedral. 
Exposición 500 aniversario de la Magistral 

Gracias a los documentos y fotografías anteriores a la Guerra Civil podemos contemplar esta Magistral gótica, con el coro en la nave central y un primer plano del sepulcro plateresco del cardenal Carrillo. Entonces, como era típico en algunas catedrales góticas españolas, se ponía el coro en el centro o parte baja de la nave central cortando la perspectiva que ahora tiene la nave central. La planta es de tres naves, separadas las laterales por pilares y altos arcos ojivales. Sobre los pilares finas columnas. Las bóvedas son de crucería gótica y, tras el altar mayor, una amplia girola. 

Naves y pilares del interior de la Magistral (Foto SIEMA)

Ábside exterior de la Magistral (Foto SIEMA)

Muro lateral de la Magistral que da a la plaza 
(Foto SIEMA)

Portada de gótico isabelino o final en la 
fachada principal (Foto SIEMA)

Torre de la Magistral (Foto SIEMA)

Vista general de la lonja de entrada (Foto SIEMA)

Del exterior llaman la atención sus dimensiones y materiales de construcción: sillares de piedra. Restos del pasado cisneriano se perciben en los contrafuertes de los muros laterales, el ábside, y las dos portadas isabelinas: la del muro lateral y la de la fachada con sus juegos de arcos (trilobulados, carpaneles) enmarcados en un alfiz. Destaca también la alta torre de tres cuerpos. De estilo herreriano, debemos su traza a Rodrigo Gil de Hontañón (ya en la época de Carlos V), quien realizó el primer cuerpo. La remató Nicolás de Vergara en 1582. Se percibe su perfil de piedra con el chapitel apizarrado desde grandes distancias. Presenta un bonito cuerpo de campanas más moderno. 

Reja del altar mayor ( Foto SIEMA)

Cristo moderno en el altar mayor (Foto SIEMA)

Virgen de Cisneros  (Foto SIEMA)

La Magistral es catedral desde 1991. La única catedral gótica que existe en la Comunidad de Madrid. En el interior está bastante vacío de decoración, es como minimalista y con muchas mezclas de estilos. Menos mal que conserva casi toda la estructura arquitectónica original. Esto se debe a que su patrimonio artístico fue destruido por los republicanos en julio de 1936. No queda, por tanto, el coro original con sus dos órganos (uno era del s XV y otro barroco), ni el retablo  de Felipe Bigarny, del que sólo se salvo la Virgen de Cisneros o Virgen de la Sabiduría, ni los otros retablos de las capillas. Si podemos contemplar las tres hermosas rejas de Juan Francés (1509). También en la girola está el suelo cubierto con lápidas funerarias, incluso el cuerpo de Cisneros se trasladó a la girola, justo detrás del altar mayor, con una sencilla lápida y un relieve en bronce moderno. Su monumento funerario permanece en la capilla de San Ildefonso, como ya tratamos en otra entrada del blog http://madridconencanto-siema.blogspot.com/2017/11/universidad-de-alcala-y-cisneros.html. Muy elaborado es el monumento funerario del canónigo Gregorio Hernández, un arcosolio de estilo plateresco. Era el capellán de las Juanas y se trasladó a esta lugar en el sXIX. Hay una curiosa leyenda alcalaina que manda tocar a las jóvenes casamenteras su nariz para lograr un buen novio o marido, por eso está sin nariz. 

Tumba de Cisneros con la placa de bronce
(Foto SIEMA)

Tumba de Gregorio Hernandez (Foto SIEMA)

Detalle de Gregorio Hernández (Foto SIEMA)

Bajo el presbiterio se encuentra la cripta de los Santos Niños en su estructura original. En uno de los laterales podemos ver la losa con las huellas de las dos rodillas de ambos niños que quedaron impresas al ser decapitados. También repisas con reliquias diversas. Justo en frente el arca de plata de los hermanos Zurreño (1702) donde se custodian las reliquias de esos santos niños. En el año 1568 regresaron a este templo desde Huesca.

Cripta: losas con restos huellas rodillas (Foto SIEMA)

Detalle de la urna de los Santos Niños (Foto SIEMA)

Vista de la urna completa en la cripta (Foto SIEMA)

A la derecha del presbiterio se sitúa la puerta que conduce al claustro de estilo herreriano, como la torre, y al museo catedralicio. El claustro es de planta rectangular, rodeado de una galería con arcos de medio punto sobre pilares y pilastras toscanas de separación entre los mismos. Lo que sería la galería superior se nos muestra cerrada. Las cubiertas son de teja y no de pizarra como la torre. En ese claustro se exponen algunos restos del entorno de la escalera monumental que realizó Covarrubias para el palacio arzobispal de Alcalá. Merece la pena contemplarlos con detalle. Así como los paneles que explican al público, de manera muy didáctica, la evolución de esta magistral de Alcalá.

Claustro de la Magistral (Foto SIEMA)

Claustro y torre (Foto SIEMA)

Ruinas de la escalera monumental que realizó Covarrubias para el
palacio arzobispal (Foto SIEMA)

Detalle de la decoración plateresca con grutescos en la escalera monumental
que realizó Covarrubias en el palacio arzobispal (Foto SIEMA)

Desde el interior vemos como las capillas del lado N y, también, las de la girola, estás derruidas. Esto es así desde antes de la Guerra Civil, ya que el arquitecto Cabello Lapiedra decidió suprimirlas a comienzos del s XX, así como las casas adheridas a ellas para despejar el espacio de las fachadas a la plaza. Después vino el gran destrozo ocasionado por la Guerra, cuya reconstrucción se empezó en 1947. Si mencionamos las capillas más importantes encontramos primero, a la derecha, la herreriana y sobria de San Pedro, que es la del Sagrario y la más grande de todas. La de la Virgen del Val (copia original de la de alabastro del s XIII), la importante de San Diego de Alcalá con la trabajada urna de plata que contiene su cuerpo incorrupto. Justo detrás de la reja de entrada, donde se situaba el trascoro y estaba la tumba renacentista del cardenal Carrillo, que trajeron en 1856 desde su emplazamiento original, el convento de Santa María cuando se convirtió en cuartel, hayamos ahora una placa que recuerda que yace en ese lugar. Su magnífico sepulcro fue destruido por radicales anticlericales durante la guerra civil. En la primera imagen que os he puesto en esta entrada se ve este sepulcro y el trascoro antes de que lo destruyeran.

Tumba de San Diego de Alcalá (Foto SIEMA)

Placa de la tumba del cardenal Carrillo (Foto SIEMA)


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Maribel Piqueras